Pedro Cánovas recibió el premio al Desarrollo Empresarial por su trayectoria, una carrera basada en tres pilares: calidad, innovación y compromiso social y medioambiental.

Después de tres décadas dedicado al mundo empresarial ¿todavía le ilusiona recibir este tipo de premios? ¿Qué supone para usted?

Todo reconocimiento siempre lo he recibido con mucho respeto y humildad. Nuestra labor diaria tiene como motivación el reconocimiento de nuestros clientes al trabajo bien hecho, ése es el mejor premio que se puede recibir. Con todo, recibir este galardón es, sin duda, un honor. Lo es por la institución que lo otorga, la Cámara de Comercio de Murcia, pero sobre todo por la ejemplaridad y el prestigio de las instituciones, empresas y personas que con anterioridad han recibido este reconocimiento. Ambas cosas le otorgan a este premio un sentido muy especial. Pero entiendo que con este premio la Cámara de Comercio quiere reconocer y poner en valor el esfuerzo, trabajo y responsabilidad de las personas que formamos Limcamar, aunque lo centre en mi persona.

¿Qué virtudes tiene que tener un empresario para que su proyecto empresarial triunfe y sea duradero?

Si 30 años después de su fundación, Limcamar está hoy entre las primeras empresas de su sector a nivel nacional, con presencia fuera de España y con cerca de 8.000 trabajadores, le aseguro que no es producto de las virtudes de un empresario, es un éxito colectivo del mejor equipo de personas y profesionales que he podido seleccionar. El único mérito que se me puede atribuir, lo que realmente creo que he hecho bien, ha sido seleccionar buenas personas, con ganas de trabajar. Tarea a la que le dedico todo mi empeño.

Al echar la vista atrás, ¿cuáles han sido los principales hitos de la empresa? ¿Qué recuerdos tiene de sus inicios? Las dificultades serían distintas a las de hoy.

Soy una persona que vive poco en el pasado, creo que siempre hay que tener la vista puesta en el futuro, con los pies bien asentados en el presente. Ésta es mi forma de entender la empresa. Pero está claro que no olvido nuestros orígenes, cuando en 1987 fundaba, junto a un hermano, una pequeña sociedad bajo el nombre de Limcamar, abreviatura de Limpiezas Cánovas Martínez, para prestar servicios de limpieza para las grandes firmas nacionales implantadas en Murcia. El primer año llegamos a una plantilla de 25 trabajadores. Los primeros años fueron de mucho sacrificio, esfuerzo personal y una dedicación prácticamente total, en una actividad con muy poco reconocimiento general. Pero en menos de 13 años, Limcamar ya era la primera empresa de servicios de limpieza en la Región de Murcia, con 1.500 trabajadores. En 2005 dimos el gran salto a nivel nacional con la adjudicación del mayor contrato de servicios del sector, con Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, pasando a disponer de cobertura nacional y una plantilla de 4.000 trabajadores. Sin duda, el que hoy estemos entre las 10 primeras empresas del sector en España, con cerca de 8.000 trabajadores prestando servicio en todo el territorio nacional y fuera de nuestras fronteras, es sin duda lo que merece la pena resaltar y tener presente.

¿Cuál es la filosofía de trabajo y empresarial de Limcamar?

Ilusión, esfuerzo, humildad, vocación de servicio, trato personalizado, junto a una clara idea de negocio. Éste es el camino que hace más de treinta años emprendimos cuando fundamos Limcamar.

¿Cuál ha sido la facturación del último año?

Cerramos 2017 con una facturación de 85 millones de euros.

¿Qué porcentaje de recursos destina a innovación?

Para Limcamar, la innovación es parte consustancial de nuestro ADN competitivo. Personalmente, se puede y se debe innovar en todos los aspectos de la vida, no solo en el ámbito empresarial y económico. En este sentido, en la era de la tecnología y de la información en tiempo real, un producto de la limpieza también tiene que adaptarse a estas nuevas realidades. Un cliente nuestro puede hoy, en tiempo real y desde su móvil, saber si se está prestando el servicio de limpieza que tiene contratado en una instalación ubicada en La Coruña y con la calidad que necesita. Esto es solo un ejemplo de lo que nuestro departamento de Innovación y Tecnología está abordando en los últimos años. Otra de nuestras inquietudes es minimizar el impacto medioambiental y para ello estamos adoptando nuevas medidas que se sumarán a las que ya llevamos a cabo durante varios años. Nuestro reto es que en 2020, un 25% de nuestra flota de vehículos sea eléctrica.

¿A qué nuevos retos se enfrentan?

Conseguir que Limcamar pueda seguir garantizando la máxima excelencia a sus clientes, pues son ellos los que nos permitirán perdurar otros 30 años más.