La ministra de Agricultura, Isabel García-Tejerina, se comprometió ayer, en el Congreso Nacional de Regantes que se celebra en Torrevieja, a mantener el Trasvase Tajo-Segura como eje fundamental de la agricultura de regadío de Alicante y Murcia, aunque apeló, no obstante, a trabajar para aportar otras fuentes de abastecimiento como el agua desalada, la reutilización de agua residual depurada, acuíferos y, actuación estratégica, continuar con la modernización de los regadíos para «regar más pero con menos agua», según enfatizó la ministra.

La titular de Agricultura avanzó en el Congreso que el Ministerio está cerrando un plan para modernizar 800.000 hectáreas en España, lo que redundará en el ahorro de 1.000 hm3 de agua al año.

La ministra se mostró más firme que en otras ocasiones en la defensa del Tajo-Segura lanzando un mensaje directo a Castilla-La Mancha, al recordar que en la pasada legislatura se alcanzó un pacto para elevar la reserva de agua en los embalses de Entrepeñas y Buendía hasta los 400 hm³.

«Cantidad con la que ganaba Castilla-La Mancha y que, según recoge la ley, garantiza que a partir de ese nivel la zona de Levante tendrá trasvase y eso lo saben. Un acuerdo que apoyaron y que se mantiene por ley». García-Tejerina se mostró esperanzada también en que pronto pueda cerrarse, definitivamente, el convenio de gestión del Júcar-Vinalopó.

La ministra aprovechó, además, la jornada para reclamar al PSOE que apoye en el Congreso el Pacto Nacional del Agua -García Tejerina ignoró al resto de fuerzas políticas- porque «el regadío y todos los sectores y ciudadanos necesitan garantía de abastecimiento y no deben estar pendientes de quien gobierne en cada momento».

El Gobierno, según la titular de Agricultura, tiene el trabajo terminado y ahora sólo falta encontrar un consenso en el Congreso y a ello instó al PSOE, ya que «las políticas deben quedar definidas y no interrumpirse con los posibles cambios de gobierno».

García Tejerina insistió en que las líneas estratégicas del futuro Pacto Nacional del Agua ya han sido definidas por el Ejecutivo central con el acuerdo de los agentes implicados, y que « ahora es cuestión de sumar la voluntad de los partidos, especialmente del PSOE. No es una condición caprichosa. Se necesita un consenso de amplio espectro, ya que, en caso contrario, los partidos que están enfrente podrían interrumpir las políticas que se acordaran en un futuro, algo que refleja la historia reciente de nuestro país», en referencia directa a la derogación parcial del Plan Hidrológico Nacional y, en concreto, el trasvase del Ebro para sustituirlo por el Plan Agua (desaladoras) de la ministra socialista Cristina Narbona.

Por su parte, el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, consideró que para conseguir un acuerdo nacional en materia de agua hay que ser «flexible» y hacer «una propuesta de integración que prevea el desarrollo de todos los territorios».

Martínez Arroyo insistió en que hablar de trasvases «no es la forma de llegar a un acuerdo».

Pacto con presupuesto

El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, recogió el guante pero reclamó que el Pacto Nacional del Agua debe ir acompañados de inversiones para las infraestructuras. «Las políticas hídricas deben contemplar la escasez de agua estructural y el cambio climático más allá del partidismo y el cortoplacismo».

Puig, quien subrayó que Valencia mantendrá un apoyo constante a los regantes en sus reclamaciones, afirmó que no se trata de reclamar inversiones desde una postura territorialista, «sino de invertir donde es más necesario y en el Mediterráneo es imprescindible».

El jefe del Ejecutivo reiteró que tanto Valencia, como el Ministerio de Agricultura y las comunidades de Regantes deben trabajar conjuntamente para dar respuesta a la escasez de agua, así como a otras realidades como la caída de los precios de los productos o «las menguantes aportaciones de la Unión Europea». Esta colaboración que, según Puig «debe estar basada en el consenso y en la mirada a largo plazo, y ha de anteponer el debate técnico al político».

Al término de las intervenciones, la ministra y el resto de autoridades visitaron la exposición comercial, en el hall del Auditorio, que reúne a más de 60 empresas e instituciones del sector.

Antes, a primera hora de la mañana, el catedrático de Análisis Geográfico Regional y exrector de la Universidad de Alicante, Antonio Gil Olcina, había abierto el congreso recordando que «en el sureste español gozamos de 3.000 horas de sol al año y una temperatura media de 16 grados. Condiciones ideales para producción hortofrutícola».