Cada día pasan por las farmacias españolas 2,3 millones de personas, de los que 62.000 residen en la Región de Murcia. Son números que demuestran que la profesión farmacéutica debería tener un mayor peso asistencial ya que los farmacéuticos dan cada año, además de medicamentos, unos 182 millones de consejos sanitarios. Con esta realidad de fondo emergen voces como la de Juana Morales Arnau, vocal de los Farmacéuticos Titulares del COFRM, que pide que se aproveche el potencial sanitario de la red de 22.000 farmacias y 48.500 farmacéuticos.

¿Qué retos afronta la farmacia?

Los farmacéuticos tenemos muy claro que debemos avanzar hacia un papel más asistencial, hacia una farmacia centrada en las necesidades sanitarias del paciente. De hecho, el Convenio Marco que firmamos en 2016 con la Consejería de Sanidad, actual Consejería de Salud, iba en esa línea y ahí estamos. Queremos asumir más protagonismo, un papel sanitario más activo para que los pacientes cumplan mejor con sus tratamientos, para evitar problemas relacionados con los mismos, interacciones, etcétera, siendo aliados del sistema público y colaborando con los médicos y otros profesionales para mejorar la eficacia de los medicamentos en los pacientes. Es el papel en el que estamos trabajando y somos un referente para otros países. Igualmente nos enfrentamos al reto de la innovación farmacoterapéutica, no tiene sentido que el paciente no pueda recoger en su farmacia más cercana aquellos fármacos que, aun siendo de diagnóstico hospitalario, no requieran ser administrados en el hospital. Esto sólo perjudica al paciente, le impone desplazamientos, molestias y, además, genera un vacío farmacoterapéutico en nuestras farmacias.

Otro reto esencial es la sostenibilidad del sistema, porque sin ella no hay evolución posible. A veces olvidamos que la farmacia es un ejemplo clave de alianza pública-privada, con enormes gastos estructurales y sometidos a intervención pública, tanto en su establecimiento como en el propio precio del medicamento, que lo impone el Ministerio, puesto que es bien de estado. Y aunque es un modelo que funciona y funciona muy bien, especialmente para los ciudadanos, necesitamos garantía de futuro y el compromiso de todos. Lo que el farmacéutico dispensa, por tanto, tiene un precio establecido y un margen fijo, por eso nosotros no somos proveedores del sistema, nuestro encaje es distinto, no podemos subir o bajar precios, no podemos publicitarnos, no podemos competir€ Y no lo pretendemos, la farmacia es un establecimiento sanitario y debe seguir siéndolo, donde garantizamos la guardia y custodia del medicamento, la objetividad sobre la información que brindamos, la profesionalidad de farmacéuticos y auxiliares, entre otros.

Además, ya toca que revisemos los modelos de financiación autonómica, especialmente la financiación sanitaria, y logremos un gran pacto para que ese dinero que se recauda para salud vaya realmente a la salud de los ciudadanos, para que sea finalista.

¿Recientemente se han manifestado en contra de la medida anunciada por el Servicio Murciano de Salud de sustituir masivamente las estatinas y los inhibidores de la bomba de protones que prescriben los médicos por otros más baratos?

No, no nos hemos manifestado en contra. Hemos cuestionado los tiempos y formas que han rodeado esa medida. Confiamos profundamente en la profesionalidad de nuestros compañeros médicos pero dudamos de si están a favor de esos cambios en todos los casos. Los ciudadanos nos solicitan información permanente y nosotros tenemos la obligación de darla profesional y objetivamente.

En este caso, ¿a qué información se refiere?

No se deben realizar sustituciones masivas de medicación sin explicarlas muy bien al ciudadano y sin justificación científica, es un derecho de todos y cada uno de los ciudadanos. Ningún medicamento es inocuo, cada prescripción o cambio requiere conocer el estado de salud del paciente en ese momento concreto. De hecho, nuestro departamento técnico, en colaboración con la Cátedra de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid, ha desarrollado unas guías que especifican en qué casos no son sustituibles unas estatinas por otras o unos inhibidores de la bomba de protones por otros y queda absolutamente claro que, en muchos casos, no se debe realizar esa sustitución sin hacer determinadas pruebas médicas y analíticas al paciente. Nos estamos encontrando con muchas dudas y consultas de los ciudadanos e, insisto, que nuestra obligación es informarles profesional y objetivamente al respecto y ante la duda, derivarlos al médico. Por ejemplo, en patologías cardiovasculares, alteraciones del tiroides o patologías autoinmunes no se debe sustituir y en ningún caso, cambiar una prescripción del médico especialista.

¿Perciben los farmacéuticos la recuperación de la economía?

No. De momento, no estamos notando ningún tipo de recuperación. Y más aún, todos recordarán nuestra comprometida y arriesgada contribución en los peores tiempos de la crisis. La farmacia murciana estuvo ahí, asumiendo el coste de los medicamentos que necesitaban los murcianos, arriesgándonos a que, finalmente, hubieran intervenido a España y haber quebrado todas y cada una de las farmacias de la Región. Ahora no se nos puede ignorar, por tanto. Las farmacias son centros sanitarios que dedican un 85% de su trabajo al sistema público de salud. Los farmacéuticos vivimos de lo que trabajamos. Nuestro trabajo es similar al de un empleado público. Una farmacia es un establecimiento sanitario que busca sostenibilidad para poder hacerse cargo de sus gastos y poder prestar un servicio esencial para la ciudadanía. Esa es nuestra demanda.

Cuando se mezcla economía y salud y los criterios que imperan son los de economía, estrictamente, se deteriora la salud. No quiere decir esto que salud a cualquier precio o derroche, pero los principios básicos que imperan en la Ley General de Sanidad (equidad, universalidad y gratuidad) llevan tiempo incumpliéndose y esto irá en detrimento de la salud de los españoles. Siempre hay que optimizar los recursos, siempre, pero garantizando los derechos.

¿Cómo son las relaciones del COFRM con las autoridades sanitarias?

Correctísimas, somos aliados naturales en beneficio de la sociedad y los frutos están a la vista. La red de farmacias siempre cumple en profesionalidad, implicación, compromiso€ y ellos lo saben. Somos una red (568) homogéneamente distribuida por todo el territorio regional enormemente eficaces y eficientes.

¿Y con otros profesionales sanitarios?

Nos une vocación e intención y debemos caminar juntos para, cada uno en virtud de nuestras competencias, clarísimas legalmente por otra parte, desarrollar el mejor y más multidisciplinar servicio al paciente.

¿Se requiere alguna modificación legal relevante en el sector?

Tenemos que ir avanzando con la sociedad, ya lo he dicho, y eso requiere apoyos legales. El convenio marco firmado en la Región de Murcia, y al que me referí anteriormente, contempla no sólo la dispensación de medicamentos sino también el servicio sanitario que prestamos, nuestra contribución a la promoción de la salud, a los programas de prevención de VIH, o de cribados de cáncer de colon, de uso racional de benzodiacepinas o antibióticos€ Con nuestro trabajo en prevención propiciamos un ahorro para el sistema sanitario público. Somos ejemplo permanente de eficacia y eficiencia.