Asfixiados y muertos al sol sobre las piedras cerca del canal del embalse de la Pedrera, este sería el cruel destino de varios ejemplares de barbo al día de no ser por Manolo, un vecino de la zona y miembro de la Plataforma Segura Transparente, que sigue yendo todos los días a salvarles la vida una y otra vez en este doloroso y perpetuo ciclo.

Y es que la reciente demolición de una antigua estructura original en la obra que servía para evitar que los peces quedasen aislados ha dejado a su suerte tanto a estos barbos como al resto de fauna del humedal, entre la que se encuentran otras especies de peces y también algunas de anfibios.

Los vecinos de la zona denuncian que una simple obra podría contribuir a evitar esto, pero cuando se averió la original se decidió demolerla, sin sustituirla por nada. Mientras tanto Manolo sigue haciendo su particular y diario Via Crucis para salvar todas las vidas que puede.