ETA se acabó ayer. La organización criminal ponía fin a su trayectoria y anunciaba a través de un comunicado que desmantela su estructura. Con esto, se pone fin a 60 años de lucha armada y política, una historia teñida de rojo que sufrieron en total doce murcianos muertos a mano de la banda. Ayer no era un día más para las víctimas y familiares de ETA en toda España, que con este anuncio se les pidió una valoración o una primera sensación a muchos de ellos. Para Francisca Guerrero, viuda del Policía Nacional Ángel García Rabadán asesinado por la banda en Murcia en 1992 (la única víctima en territorio regional), no había nada que decir. Ante una de las noticias más ansiadas por la sociedad española, Francisca prefirió guardar silencio, no hacer declaraciones, no sin antes sentenciar con una frase: "Cómo voy a olvidar, si te han matado a una persona".

Hace ocho años, la viuda de Rabadán ya remarcaba que "esto es algo que se lleva para siempre, que te marca de por vida". Algo que ratificaba el pasado año tras conocer que abandonaba la cárcel Idoia López 'La Tigresa', que fue condenada, entre otros delitos, por el único atentado de ETA en la Región que se saldó con la muerte de García Rabadán. Entonces Francisca insistió en que sólo ha defendido la misma idea a lo largo de estos años: "Siempre hemos pedido justicia: nunca ojo por ojo. Sólo eso". No quiso inmiscuirse en los recuerdos porque "hay cosas que marcan de por vida", aunque lamenta que «los derroteros de la política y los de la Justicia vayan por un lado, y los sentimientos por otro". Y zanjaba: "Nosotros, mis hijos y yo, tenemos asumido desde hace mucho tiempo que sólo queda aguantar y apretar los dientes". Hoy ya pueden dejar de apretar un poco.