Qué se puede hacer, cómo y con qué herramientas. La gestión de los escasos recursos hídricos son el día a día de la cuenca del Segura en particular y de las cuencas mediterráneas en general. Un hacer que debe tener en cuenta el cambio climático y las sequías. De eso hablaron los tres primeros ponentes de la jornada, moderados por el director del Instituto Euromediterráneo del Agua, excomisario de Aguas de la cuenca del Segura y el 'padre' del Memorándum del Tajo, Francisco Cabezas.

Félix Francés y el cambio climático

Félix Francés y el cambio climáticoFélix Francés, responsable del Grupo de Investigación en Modelación Hidrológica y Ambiental del Instituto Universitario de Investigación de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de Valencia recordó cómo la primera vez que oyó hablar del impacto del efecto invernadero y de las corrientes 'el niño' y la 'niña', allá por los últimos años del siglo pasado, ya se habló de que se avecinaban «grandes incertidumbres».

«Desafortunadamente se han cumplido» y, debido al cambio climático, son más inexactos los modelos predictivos a medio y largo plazo. Ahora lo importante «es evaluar el impacto, adaptarnos a esos cambios, reducir las consecuencias negativas y mitigarlas». Francés reconoció que no está claro si los cambios en el régimen hídrico en las cuencas mediterráneas se deben a la pérdida de la cubierta vegetal o a la emisión de los gases de efecto invernadero. «Ambas influyen pero aún no sabemos en qué medida».

Por último, manifestó que hay dudas sobre cómo el cambio climático afectará al régimen pluviométrico en las cuencas mediterráneas. «Hay que lidiar con todo ello e investigar para tomar decisiones en un mundo incierto».

Gonzalo Delacámara, sequía y escasez

Gonzalo Delacámara, sequía y escasezGonzalo Delacámara, economista y experto internacional en el análisis económico del Agua, insistió en los argumentos esgrimidos en la entrevista publicada el domingo pasado en LA OPINIÓN, subrayando que los mismos problemas que se dan en la cuenca del Segura ocurren en otras partes del mundo. La experiencia acumulada allí nos permite tener herramientas para poder gestionarlas aquí, porque «la situación meteorológica y climática solo puede empeorar».

Delacámara apostó por «la gobernanza», «la responsabilidad colectiva de todos los sectores sociales» para plantar cara al problema. «Hay que hacer compatibles los intereses individuales y eso se llama planificación hidrológica», sin caer en la «dicotomía falaz» de poner unos usos en contraposición de otros. Para el economista hay que plantar cara a la escasez teniendo claro el principio de que es una gestión de conflictos por ser un bien escaso; y ver a qué sectores se destina. «Hay que elegir y renunciar». Abogó por sacar el tema del agua de la coyuntura política «porque es un tema de Estado» y avanzar en la diversificación de las fuentes (reutilización y desalación). «La Región de Murcia está en condiciones de liderar la exportación de la gestión del agua escasa», concluyó.

José Polimón, la solución integral a la escasez

José Polimón, la solución integral a la escasezIngeniero de Caminos, rompió una lanza en favor de infraestructuras como las presas, que han permitido reducir el efecto de las inundaciones; y apostó por analizar las demandas futuras «pensando en la sostenibilidad». Para Polimón hay que planificar las nuevas infraestructuras teniendo en cuenta las demandas y no poner límites a las fuentes: «la solución a la escasez está en todas ellas», dijo: superficiales, subterráneas, desalación, reutilización y las transferencias entre cuencas.

Polimón, por último, destacó que la producción del agua debe ir siempre de la mano de las energías renovables y pensar en las infraestructuras necesarias para regular los ríos.