Para que cualquier persona pueda sentarse tranquila a la mesa, ya sea en su casa, en un restaurante o en un establecimiento hotelero, detrás hay un trabajo meticuloso de los inspectores del servicio de Seguridad Alimentaria y Zoonosis de la Dirección General de Salud Pública, dependiente de la Consejería de Salud, quienes aseguran sentirse desbordados ante el aumento desmesurado de la actividad de los mataderos, a lo que se une también el mayor número de establecimientos de restauración y hoteleros ante el incremento de turistas.

Por ello, la Dirección General de Salud Pública ha reforzado la plantilla de inspectores con cinco nuevos veterinarios que se acaban de sumar al equipo. Aunque ésto no es suficiente. Desde la Consejería de Ronda de Levante se emitió hace unos meses un informe interno dirigido a Función Pública en el que se exponía la necesidad de 12 nuevos inspectores.

Sin embargo, el departamento que depende de la Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas contestó que movieran a su propio personal y que quitaran inspectores de la calle (encargados de supervisar alimentos en colegios, hospitales, restaurantes y mercados) para mandarlos a los mataderos, una propuesta a la que se negó en rotundo el director general de Salud Pública, José Carlos Vicente, según ha podido conocer esta Redacción. Vicente volvió a emitir un «contundente» informe ratificando su petición de 12 profesionales más, por lo que desde Función Pública se ha dado el visto bueno para cinco inspectores nuevos cuya autorización salió publicada hace unos días en el Boletín Oficial de la Región de Murcia (Borm).

Estas peticiones han llegado a manos de los sindicatos, quienes ya están estudiando el volumen de trabajo al que tienen que hacer frente los veterinarios y farmacéuticos de Seguridad Alimentaria en la Consejería de Salud, profesionales que no tienen unas guardias establecidas y que tienen problemas por el pago de la nocturnidad, «lo que hace que nadie quiera hacer los turnos de noche o los de fin de semana, que se cubren con quienes se ofrecen voluntarios».

Algunos de estos profesionales aseguran que los mataderos están haciendo grandes inversiones en los últimos años para ampliar sus plantas en la Región de Murcia, ya que la exportación al extranjero se ha disparado, principalmente a China y EEUU. A esto se suma el nuevo reglamento europeo que entró en vigor a final de 2017 y que exige más transparencia y control en el sector. Desde este servicio califican de «muy valiente» la actitud del director general de Salud Pública, «que está luchando para que tengamos los medios necesarios y podamos hacer nuestro trabajo, ya que conoce nuestras necesidades».

Esta Redacción intentó ayer contactar con la Consejería de Salud para conocer la situación en la que se encuentra el servicio de Seguridad Alimentaria, aunque se limitaron a confirmar que se han incorporado cinco nuevos veterinarios al equipo.

Trabajo que pasa desapercibido

El trabajo de prevención que realizan es fundamental, aunque suele pasar desapercibido. Para que los alimentos lleguen en buen estado al consumidor los inspectores ponen especial hincapié en que empresas y locales cumplen las normas de refrigeración, manipulado y trazabilidad de los productos, así como que tengan todos los certificados y permisos necesarios. Por ello, cada año se suelen registrar unos 120 decomisos y suspensiones de actividad en el ámbito de la restauración, superando los doscientos expedientes sancionadores. Además, en cada época del año se acentúan las inspecciones en un ámbito concreto y mientras que en verano se pone el ojo en los chiringuitos y las playas, en mayo van más dirigidas a salones de celebraciones por las comuniones.