Prácticamente dos años después de que el Ejecutivo regional lo sacara a información pública, el Consejo de Gobierno aprobó ayer el Plan de Gestión Integral (PGI) de los Espacios Protegidos Mar Menor y Franja Litoral, que deja claro lo que se puede hacer y lo que está prohibido en 31.119 hectáreas, 337 más que el inicialmente redactado (incluye, por ejemplo, la zona norte de la rambla del Albujón).

El Plan, que ha incluido el 83 por ciento de las alegaciones presentadas, ordena y regula los usos turísticos, agrícolas, pesqueros, y cinegéticos; las infraestructuras portuarias, de transporte y navegación; las infraestructuras viarias y red de caminos; la industria, energía y minas; las actividades militares; las urbanísticas; y las de investigación. Además, incluye las acciones que se van a poner en marcha para su conservación.

El consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Javier Celdrán, explicó que se trata de un documento que recoge las necesidades de este espacio protegido para su conservación y preservación. «De una forma básica y sencilla podríamos definirlo como las reglas que rigen en todas las áreas protegidas del Mar Menor y el litoral y cómo lo podemos disfrutar las personas para poder legarlo en las mejores condiciones a nuestros hijos y nietos».

El objetivo es recuperar de forma consensuada los valores de este espacio protegido y lograr un desarrollo socioeconómico compatible con la preservación de las 61 especies clave a nivel europeo de aves, otra fauna, flora y especies lagunares y marinas que desarrollan su vida en 28 hábitats de interés comunitario.

El Plan cuenta con un bloque de acciones de conservación, con inversiones a seis años de casi 22 millones de euros, 3.652.616 euros al año. En total, se han planificado 63 acciones, 32 comunes y 31 específicas sobre algunas de las 61 especies consideradas clave y que están en riesgo a nivel mundial.

El objetivo es «contribuir a consolidar la Red Natura 2000» y las acciones son diversas. Entre ellas figura el seguimiento y control de las especies exóticas de flora; el estudio de impactos asociados al cambio climático; la restauración de los hábitats marinos de la laguna del Mar Menor; o la elaboración y actualización de manuales de buenas prácticas ambientales para las empresas turísticas.

Navegación y puertos

El Plan prohíbe en el Mar Menor la construcción de nuevos puertos y la ampliación de los existentes sólo se podrá cuando se plantee en el marco de un programa de reconversión ambiental de los mismos.

En el resto del ámbito del PGI será admisible en las zonas de conservación compatible y estará condicionada a una adecuada evaluación de repercusiones sobre el espacio protegido.

Además, la velocidad de navegación a motor para las embarcaciones de recreo debe ser inferior a 5 nudos en la Zona de Reserva de Islas Hormigas, de Isla de Las Palomas y de la 'Franja Sumergida de Punta de Cabo Tiñoso', Zona de Conservación Prioritaria de 'Fondos de Las Palomas', 'Fondos de Cueva de Lobos', 'Franja Litoral de Isla Grosa' y 'Franja Litoral del Farallón'; y en las zonas de conservación prioritaria de las Islas del Mar Menor y en las de batimetría inferior a 4 metros. También debe ser inferior a 20 nudos para embarcaciones de más de 10 metros de eslora en el resto de zonas no incluidas en el apartado anterior de la Unidad 'Cubeta lagunar' de la Zona de Conservación Compatible del Mar Menor.

Se prohíben las nuevas playas artificiales, y la adecuación ambiental y regeneración de las existentes requieren un informe favorable de la Consejería. En los cultivos que se encuentren bajo acolchado, se fomentará el uso de plástico biodegradable; y las nuevas instalaciones de acuicultura no podrán ubicarse en los espacios protegidos. Y se restringe la vista a los espacios protegidos.