El personal de limpieza, cocinas y servicios auxiliares de la Consejería de Educación está sufriendo de manera especial los recortes de la Comunidad Autónoma. CC OO asegura que el ahorro en la factura de vestuario de las limpiadoras, conserjes, educadores, sanitarios o cocineros ha dejado sin ropa de trabajo a los empleados de los centros docentes. El sindicato sostiene que muchos de estos profesionales están trabajando con batas y uniformes de hospital del Servicio Murciano de Salud (SMS) y de los centros del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS). Añade que, además de escasear, los uniformes que reciben los empleados de Educación no se corresponden muchas veces con las tallas solicitadas y se queja de que la empresa suministradora se niega a cambiarlas cuando no se ajustan a las solicitadas.

Entre los trabajadores de la Consejería de Educación que utilizan uniformes de trabajo figuran las limpiadoras y los conserjes de los institutos, los profesores de los centros de educación especial, fisioterapeutas, enfermeros, cocineras, personal de los comedores y los empleados dedicados a tareas de mantenimiento de los centros.

José Ángel Clemente, responsable del Personal de Administración y Servicios de CC OO, califica la situación a la que se enfrentan los profesionales de «auténtico caos» y culpa al «desinterés de la Consejería de Educación por las condiciones laborales de sus trabajadores. Parece que la consejera se ha olvidado del personal no docente o no le importan los trabajadores que tiene a su cargo; le da igual que su personal vaya a sus puestos de trabajo de cualquier manera, batas descoloridas y en algunos casos remendadas, vestuario con el logotipo del SMS y otros colectivos o sin vestuario, lo que dificulta su identificación para los usuarios de a pie».

El sindicato culpa también al anterior director de Recursos Humanos de la Consejería, Enrique Ujaldón. Según Clemente, algunos funcionarios prescinden del uniforme, por lo que «no se sabe quiénes son los trabajadores y quiénes son los alumnos, cuando por normativa, todo el mundo debe estar identificado».

Recuerda igualmente que la normativa legal establece que los empleados públicos recibirán los uniformes de trabajo dos veces al año, de acuerdo con una orden de la Consejería de Hacienda de 1994. Esta norma contempla igualmente que el personal de la Administración regional «dispondrá de ropa de trabajo adecuada a sus funciones», que «será facilitada anualmente, entregándose la de invierno en la primera quincena de octubre; y la de verano, en la primera de mayo». Asimismo, «se procederá a su renovación cuando el deterioro lo aconseje».

José Ángel Clemente recuerda que en 2010 la Consejería de Educación licitó un contrato por importe de 337.802,18 euros, pero los recortes que se han producido desde entonces han dejado sin vestuario a los profesionales de los colegios, institutos y centros especiales.

Añade que, «cuando les llega la ropa, se encuentran con que las tallas entregadas no se corresponden con las solicitadas, por lo que tienen que conformarse con batas y uniformes demasiado grandes o demasiado pequeñas».

El deterioro ha llevado a muchas trabajadoras a usar «batas remendadas», porque no se renovaba el vestuario, por lo que han acabado agenciándose prendas del Servicio Murciano de Salud y del IMAS.

Según los datos de CC OO, desde el 2012 no se ha vuelto a licitar ropa hasta el 2015, año en el que estaban previstos 90.000 euros, aunque salieron 38.162,34 para la ropa de verano, que «fue entregada a finales de junio 2016, una vez acabado el curso escolar».

En 2017 se recogieron en los Presupuestos de la Comunidad Autónoma 147.763 euros , de los cuales solo se licitan 46.828,46. José Ángel Clemente asegura que este vestuario se ha entregado en enero de 2018 y que las tallas ofrecidas no se corresponden con las solicitadas por los trabajadores.

Ujaldón asegura que se compraba el material más preciso

Enrique Ujaldón, que fue director general de Recursos Humanos de la Consejería de Educación antes de ser nombrado secretario general del Departamento de la portavoz del Gobierno, y es considerado el responsable de la escasez de ropa de trabajo, responde que la polémica con CC OO es recurrente, «porque no se compraba lo que el sindicato pedía o todo lo que creía necesario».

Ujaldón recuerda que en los momentos más duros de la crisis «es verdad que algún año no se compró o solo se compró lo imprescindible, porque se destinaba el dinero a tapar otras necesidades urgentes, como la contratación de personal». Sostiene, sin embargo, que sí se adquiría «la ropa destinada a las limpiadoras o cocineras».