Muchos de los alérgicos seguro que han empezado a notar los síntomas de la llegada de la nueva estación, aunque para su propio alivio cuentan con la ventaja de que esta primavera será menos agresiva para ellos. Así lo indican los especialistas consultados por esta Redacción, quienes aseguran que las escasas lluvias registradas en los últimos meses en la Región de Murcia han hecho que la floración no haya sido tan abundante como el pasado año.

Concretamente, el presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), el doctor Ángel Moral, subraya que de la zona del Mediterráneo los efectos de las alergias van a ser más suaves en esta ocasión, siendo Murcia el área que registra menos concentración de polen. «Este año los ocho millones de alérgicos al polen que hay tendrán una primavera leve en el litoral Mediterráneo, con una concentración estimada que oscilará entre los 611 granos de polen por cada metro cúbico de aire de Murcia, los 1.137 granos de Alicante y los 1.231 granos de Barcelona», señala este especialista.

Las enfermedades alérgicas en España afectan a un 30 por ciento de la población, lo que representa unos 16 millones de personas en España y algo más de 400.000 murcianos. Entre los alérgicos, aproximadamente la mitad, lo son a pólenes de plantas. Además, un 25 por ciento de la población sufre rinitis, entre un 8 y un 10 por ciento tiene asma y cerca de un 5 por ciento de los ciudadanos presenta alergia a los alimentos. También un 5 por ciento de los niños sufren dermatitis atópica y un 2 por ciento alergia a los alimentos. Los médicos también reconocen que los casos de las alergias alimentarias son cada vez más comunes «pero también debido a que disponemos de mejores herramientas de diagnóstico». Incluso la exposición a ciertas proteínas en el polen puede hacer que una persona se haga alérgica a la proteína en el alimento, se sensibilizan por vía inhalada.

Relación con las precipitaciones

Existe una relación directa entre las precipitaciones del otoño e invierno y los recuentos de pólenes de gramíneas durante la primavera. La recopilación de estos datos del Comité de Aerobiología de la SEAIC, junto con otros factores climatológicos como la temperatura y la humedad proporcionados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y la colaboración del Área de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Castilla La Mancha, ha permitido establecer el nivel de intensidad de esta primavera en las diferentes zonas geográficas. Atendiendo al número de gramíneas recogido se clasifica la primavera como: muy leve (menos de 1.000 granos/m3), leve (menos de 4.000 granos/m3), moderada (4.000-6.000 granos/m3) o intensa (más de 6.000 granos).

«Todas las plantas se reproducen por pólenes, pero por suerte no todos dan problemas alérgicos», comenta el especialista. En nuestro país las especies que más síntomas producen en orden decreciente son gramíneas, olivo, ciprés, salsola, plátano de sombra y parietaria. En determinadas zonas geográficas pueden ser importantes otros pólenes, como la palmera en Elche o el abedul en Galicia. En el suroeste peninsular los pólenes más frecuentes son los del olivo y gramíneas. En el litoral Mediterráneo los pólenes más habituales son los de parietaria, olivo y gramíneas. Mientras que en Barcelona predominan los pacientes alérgicos al plátano de sombra, usado frecuentemente en parques y jardines. Un arbusto que también se utilizó mucho en Murcia para decoración hace unos años, pero cuyo uso se ha ido reduciendo por las recomendaciones de los alergólogos.

En esta misma línea, el doctor Moral detalla que en los últimos diez años se ha duplicado el porcentaje de alérgicos a los pólenes más alergénicos. «Las gramíneas han pasado del 35 al 74 por ciento, la arizónica del 9 al 23 por ciento, el plátano de sombra y la salsola del 7 al 14 por ciento y el olivo del 30 al 52 por ciento. La causa parece hallarse en el efecto de la contaminación y el cambio climático sobre los pólenes», subraya.

Contaminación

La emisión de partículas contaminantes procedentes de las calefacciones y de los motores diésel altera la estructura del polen haciendo que este genere proteínas de estrés como mecanismo de defensa y aumentando su capacidad de inducir una respuesta alérgica en personas susceptibles. Estas proteínas de estrés incrementan la agresividad del polen en las ciudades y en poblaciones que viven cerca de autopistas en comparación con los pólenes de zonas rurales sin contaminación. «Por este motivo, en las ciudades se producen más casos de alergia a pesar de que la concentración de pólenes sea menor que en el campo. Los altos niveles de contaminación de las ciudades favorecen el fenómeno de inversión térmica que impide a los pólenes abandonar la atmósfera e incrementa el tiempo de exposición a ellos», explica el alergólogo.

El cambio climático está alterando los ciclos de polinización de las plantas. Adelantan el inicio y retrasan el final de su período de floración, con lo que se amplía la duración del período de polinización, y, por lo tanto, hay una mayor exposición de la población a los pólenes.

La patología alérgica dificulta en muchos aspectos la vida diaria de los pacientes, a la vez que lleva consigo un alto coste socioeconómico. Tal y como afirma el doctor Joaquín Sastre, presidente de la SEAIC, «las enfermedades alérgicas precisan de un manejo integral, no sólo desde el punto de vista terapéutico, sino también orientando al paciente, sobre cómo convivir mejor con su enfermedad».

La inmunoterapia o vacunación antialérgica debe considerarse siempre como una herramienta terapéutica de primer orden en el manejo de los pacientes alérgicos. «La inmunoterapia proporciona una disminución significativa de los costes totales en salud inducidos por la enfermedad alérgica respiratoria, reduciendo tanto los gastos indirectos (pérdida de productividad laboral y calidad de vida del paciente) como los gastos directos (costes por actos médicos y gasto en fármacos para el control de síntomas)», apunta el doctor Sastre.

Medidas de prevención

Existen algunas medidas que mejoran la calidad de vida de los pacientes alérgicos, cuyos síntomas no se circunscriben únicamente a los meses de primavera. Los especialistas recomiendan el uso de mascarillas homologadas, filtros antipolen en el coche o los purificadores de aire para interiores, así como aplicaciones móviles que se nutren de la web del comité de aerobiología de la SEAIC. Polen Control es una aplicación que permite realizar el seguimiento de la evolución sintomática en pacientes, con la finalidad de que el profesional médico pueda cruzar y relacionar dichos datos con los niveles polínicos existentes. Además, la web www.polenes.com ofrece información actualizada.