María, Consuelo de los Afligidos, es el primer paso portado sólo por mujeres de la Semana Santa murciana. Las algo más de cuarenta anderas harán historia, tras superar furiosas críticas, e incluso insultos, que provocaron que no encontraran ningún escultor en la Región que quisiera modelar la imagen de su paso. Pero, como la cabo de andas, Ana Belén Lozano, explica, «el martes estaremos, muy ilusionadas y emocionadas», en la procesión de la Cofradía del Cristo de la Salud. Serán las segundas en salir de su sede, la Iglesia San Juan de Dios. Cuarenta heroínas en un mundo de hombres.

Ana Belén es murciana murciana, «del Barrio del Carmen». Casada y madre de tres pequeños (mellizos, niño y niña, de seis años; y una niña de algo más de un año), lleva la Semana Santa grabada en la piel; no en vano, comenta, «en mi familia nos vestimos de casi todos los colores». Ha sido nazarena desde que tiene uso de razón, y ha procesionado, primero como ‘hebrea’ en el Domingo de Resurrección, y conforme fue creciendo con los ‘coloraos’, «los de mi barrio»; con el Cristo del Amparo, con el Cristo del Perdón, con el de la Salud... Y aunque desde que tuvo a sus hijos se ha ‘relajado’ un poco, sigue saliendo con el Amparo, la Sangre y la Salud.

«A la Salud llegué hace sólo ocho o nueve años de la mano de mi tío, que fundó el trono de San Juan y en el que está parte de mi familia», comenta. Fue estando allí, y teniendo un cargo en la Junta de Gobierno, cuando surgió la idea de sacar un paso solo de mujeres. La iniciativa se aprobó en noviembre de 2014, «y hasta ahora».

Echando la vista atrás recuerda que lo que más ha costado para ponerlo en marcha ha sido, «con diferencia», conseguir la dotación económica que les permitiera salir en procesión. «Los tronos, las imágenes, cuestan mucho dinero y lo pagamos los miembros del paso», explica.

Tampoco ha sido fácil, recuerda, reclutar a las mujeres porque en Murcia «el mundo del estante es masculino», aunque ahora no sólo tiene anderas de sobra para el martes, sino que hay lista de espera. Cuarenta y dos cargarán el paso; ella, como cabo de andas, y su ayudante cierran el grupo. «Hasta hace tres semanas o un mes no sabíamos con certeza si saldríamos». La edad media es de 45 años, y las edades oscilan entre los 20 años las más jóvenes y los 60 las mayores.

«El ambiente es muy bueno entre nosotras, nos mueve mucho la ilusión por salir después de tantas críticas sufridas», apunta Ana Belén. Ella reconoce que cuando «se metió en esto» no se creía que por ser mujer y por encabezar el proyecto iba a recibir tanto rechazo. «Piensas que a estas alturas de la historia, eso estaría más que superado; pero nada más lejos de la realidad», indica. «Mucha gente no ha entendido que osáramos romper con una tradición netamente masculina, y que pudiéramos aportar algo a la Semana Santa», añade.

Con todo, lo que más le ha dolido no han sido las críticas sanas o las opiniones encontradas, sino los insultos que han circulado por las redes sociales, «y que consiguieron que ningún escultor de aquí quisiera tallarnos la imagen».

«Pero aquí estamos», y han llegado para quedarse. Por el camino, Ana Belén se ha dejado muchas horas de ‘lucha’, de viajes y reuniones, de tiempo robado a su familia, y hasta casi la salud.

Estas primeras mujeres, con Lozano a la cabeza, han abierto el camino para las que el día de mañana tengan la inquietud, la ilusión y el proyecto de sacar otro paso sólo de mujeres. Y cuando se le comenta, ‘ahora a por los sardineros’, contesta rauda y sin pensárselo: «Eso se lo dejo a otras valientes, aunque contarán con mi apoyo si lo necesitan; es algo pendiente y llegará el momento en que también saldrá».

Un joven imaginero premiado internacionalmente

Ana Belén destaca la figura del joven escultor cordobés que ha tallado la imagen del paso que ella dirige. Se llama Francisco Javier López del Espino y tiene 31 años. «Estamos muy contentas con el resultado final, porque siempre tienes miedo de que se critiquen las imágenes, y más teniendo en cuenta que iba a haber muchos ojos pendientes. Pero sólo hemos obtenido buenas críticas de los expertos que las han visto», comenta la cabo de andas. López, especializado en imaginería, tiene su taller en Lucena y en 2016 recibió la medalla de plata de la Academia de Artes, Ciencias y Letras de París.

«A raíz de nuestro trabajo le han salido dos encargos más, uno para un paso de mujeres de Mazarrón y otro de una Magdalena para una paso de Jaén», comenta ilusionada Ana Belén.