La pérdida de poder adquisitivo que están sufriendo las pensiones resulta más preocupante para los jubilados que se ven obligados a sostener a su hijos con su paga, cuando se quedan sin trabajo. Miguel López Marcos, secretario de Organización de la Federación de Pensionistas de CC OO, cuenta que tiene un hijo de 38 años que está en paro y que no pudo conservar su casa. Miguel y su esposa comparten su vivienda y su pensión con su hijo, su nuera y sus dos nietos. «Vivimos como podemos, pero vamos saliendo adelante, subsistimos», explicaba durante una concentración en San Esteban. Cuenta que su hijo «era ferralla y pintor de edificios, un buen pintor que trabaja muy bien», pero lleva siete años sin conseguir un empleo, a pesar de que «ha visitado muchas empresas intentando ver si consigue un trabajo y no para de echar currículum». Aunque en su casa son seis personas compartiendo el mismo techo, asegura que no tienen problemas de convivencia. «Estamos bien», explicaba.