La Comunidad y el Instituto Español de Oceanografía analizan el potencial de los bivalvos en la recuperación del Mar Menor. La Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente y el Instituto Español de Oceanografía (IEO) celebraron esta semana en el Centro Oceanográfico de Murcia la reunión científica 'Bivarec' sobre la evaluación del potencial de los bivalvos en la recuperación del Mar Menor.

Estas jornadas tienen el objetivo de valorar la potenciación de bivalvos en el Mar Menor como medida para mitigar la eutrofización. Para ello, se ha invitado a expertos regionales y nacionales en fisiología, ecología y cultivo de esta clase de moluscos.

El director general del Mar Menor, Antonio Luengo, indicó que «lo que buscamos son medidas para que el propio ecosistema del Mar Menor pueda extraer el exceso de nutrientes que llegan a la laguna a través de lavados por la lluvia o por acuíferos subterráneos, así como los que ya cuentan los propios fondos, y mejorar la calidad del agua».

Asimismo, en el encuentro científico se analizó una de las medidas que está tomando cada vez más fuerza para paliar la eutrofización costera como es el uso de organismos que puedan filtrar el exceso de materia orgánica, como, por ejemplo, los bivalvos, invertebrados filtradores que circulan el agua por sus branquias atrapando la materia orgánica suspendida en ella, en su mayoría fitoplancton.

Desde el Instituto Español de Oceanografía se abordó, junto con los científicos participantes en el encuentro, la capacidad de los bivalvos para limpiar el agua al filtrar el exceso de fitoplancton, que prolifera en zonas de exceso de nutrientes.

Así, se planteó restaurar las poblaciones de bivalvos en aquellas zonas donde han disminuido significativamente. Además, este grupo de especies marinas se ha usado con éxito para el proceso llamado comúnmente como 'bio-extraction'. «Lo que se planteó es que el exceso de materia particulada que provoca la turbidez podría disminuir al ser filtrada a través de los bivalvos», indicó el director general del Mar Menor.

Estas medidas de limpieza han sido sostenibles y efectivas en lagunas eutróficas como la de Lysekil, en Suecia, donde el cultivo de bivalvos se ha integrado en la gestión de residuos de la zona y la calidad del agua ha mejorado considerablemente. Asimismo, esta iniciativa también se está evaluando en Nueva York, donde se calculó que un cultivo de 36 metros cuadrados podría eliminar 63 kilogramos de nitrógeno al extraer los bivalvos del agua.