Rompen el bombín y con un destornillador o herramienta similar logran girar la llave. Los ladrones tienen en jaque a la Policía Nacional y a la Benemérita en la Región de Murcia.

La mayoría de las técnicas de robo guardan un punto en común: el cilindro, o bombín, como primer elemento que atacan los cacos, puesto que se trata de la parte más 'vulnerable' de la puerta. Uno de los métodos más extendidos se conoce como bumping. Solo hace falta una llave especial y una herramienta con la que poder golpear como un martillo o un destornillador. Al final, lo que hacen es alinear los pistones y liberar el giro de la llave, accediendo así a la vivienda en cuestión de segundos.

Fuentes próximas apuntaron que el bumping es empleado por bandas especializadas itinerantes, integradas en muchos casos por albanokosovares.

Luego está el snapping, que es una técnica bastante más agresiva que consiste en arrancar literalmente el cilindro, partiéndolo por la mitad y exponiendo así el rotor para girarlo con un simple destornillador.

En la capital murciana, una de las zonas más afectadas por asaltos es la Costera Sur, explicaron fuentes cercanas. Asimismo, hay problemas últimamente por Juan Carlos I: vecinos han llegado a colgar carteles en las puertas del edificio en los que alertaban del aumento de asaltos y aconsejan tanto que cerrasen bien la puerta del bloque como que, en el caso de que detectasen a alguien sospechoso merodeando por el inmueble, avisasen a la Policía Nacional. Carteles similares se ven por los bloques del barrio de Santa María de Gracia.

Los robos son una triste constante en la Región, no sólo en la capital murciana. Hace apenas unos días, el Consistorio de Campos del Río lanzaba un comunicado para hacer una llamada a la calma, debido a los numerosos asaltos que ponían en jaque a los vecinos. El Ayuntamiento, dada la situación, daba la orden de reforzar de forma extraordinaria la presencia de agentes de la Policía Local a modo preventivo y disuasorio para intentar mermar y evitar en la medida de lo posible estos hechos delictivos.

En Fuente Álamo, por otro lado, celebran que haya cesado la oleada de asaltos de hace año y medio, aunque siguen los robos, admite el alcalde, Antonio Jesús García. En este municipio, la Policía Local tiene cuatro agentes en dos coches patrulla cada noche. «La dotación de Guardia Civil sigue siendo insuficiente», señala el regidor.

En Cartagena, por otro lado, los principales problemas se dan ahora mismo en el Barrio Peral y Los Dolores.

Indignación policial al ver que los cacos quedan sueltos

Indignación policial al ver que los cacos quedan sueltosPara que un juez de guardia mande a alguien a prisión provisional (lo que implica que ha de permanecer en la cárcel a la espera de que salga su juicio) se exige cierta gravedad en el delito del que se le acusa. Si son delitos leves, no se hace. En concreto, esto está contemplado en los artículos 502 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que regulan cuándo procede imponer una prisión provisional.

De esta manera, es bastante habitual que un ladrón al que caza la Policía y lleva ante el juez, acabe saliendo por la misma puerta por la que entró. Esta circunstancia llega a desmotivar a los agentes, indican fuentes cercanas, dado que consideran que ellos se llegan a jugar su integridad para detener a los sospechosos, para acabar viendo cómo quedan en libertad, aunque tiempo después tengan un juicio. Tampoco suelen pasar por los calabozos, por ejemplo, los identificados conduciendo borrachos al volante.