El trabajo ha constatado, en referencia a los volúmenes que llegan al Mar Menor procedentes de estas entradas superficiales, que el año pasado había una descarga muy grande, que en febrero alcanzó los 30.000 metros cúbicos al día a consecuencia de las lluvias. «Ha bajado mucho hasta octubre, donde se contabilizaron unos 6.000 metros cúbicos», dijo.

En enero, ha vuelto a subir, «aunque no mucho», indicó Gonzalo González, añadiendo que estos vertidos «siempre van a estar ahí y debemos ver cómo los controlamos».