­El Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación recibirá, el próximo lunes, la visita de los alumnos de los institutos murcianos Francisco de Goya, Vega del Táder, Los Olivos, Floridablanca, Miguel de Cervantes, Licenciado Francisco Cascales, Jiménez de la Espada, Sierra de Carrascoy y Pedro Guillén. En tan impresionante lugar se encontrarán con Mateo Valero Cortés, director del mismo, que ofrecerá una charla bajo el título Mare Nostrum4, que se enmarca en las Conferencias de Divulgación Científica organizadas por la Fundación de Estudios Médicos (FEM) de Molina de Segura.

Hace apenas unos meses se presentó en sociedad el MareNostrum 4, el tercer superordenador más potente de Europa. ¿Cuáles son las cualidades que le distinguen de su antecesor, el MareNostrum 3?

La primera es su potencia, 13 veces superior a MareNostrum 3, lo que nos permite dar más servicio a investigadores de toda Europa. Otra característica importante es que la parte más grande de la máquina tiene tecnología de propósito general, adecuada para cualquier tipo de operación que los investigadores necesiten, pero además se han incorporado racks de tecnologías emergentes, en desarrollo, para estudiar cómo deben ser los superordenadores del futuro.

¿Qué balance hace de los primeros meses que han transcurrido desde la instalación de la maquinaria?

Estamos satisfechos. Nos permite dar salida a la creciente demanda de horas de computación por parte de diversas áreas de la ciencia y la ingeniería. La supercomputación es una herramienta cada vez más imprescindible en la investigación. Nos permite ver lo que con otros aparatos científicos es imposible observar: desde los procesos más minúsculos que ocurren en nuestro organismo hasta el rastro que la colisión de dos agujeros negros han dejado en el universo. Es un acelerador del conocimiento. Los investigadores son cada vez más conscientes de ello y la demanda aumenta.

¿Hasta dónde es posible llegar en materia de investigación gracias al MareNostrum 4?

Hasta donde los investigadores sean capaces de imaginar. El bloque de propósito general tiene una potencia de 11,1 petaflops, es decir, es capaz de realizar 11.100 billones de operaciones por segundo. Biólogos, químicos, ingenieros, físicos, astrónomos e investigadores de todas las disciplinas lo tienen a su disposición para ayudarles a resolver sus preguntas. Para nuestro centro, en estos momentos, los tres objetivos más estratégicos son utilizarlos para hacer avanzar la medicina personalizada, para explorar todo el potencial que tiene la inteligencia artificial y para desarrollar tecnología informática europea y convertirnos en un territorio menos dependiente del hardware fabricado en EEUU y China.