La psicóloga y sexóloga Mónica Sánchez tiene claro que estos casos de embarazos entre menores de edad tienen su origen en «la falta de información que hay a esas edades».

En este sentido, lamenta que «la educación sexual en los colegios se dejó de lado», por lo que actualmente «lo que está influyendo en los chicos es Internet. Las redes sociales y todo ese mundo». Un mundo virtual plagado de pornografía. Esta experta en Sexualidad y Terapia de Pareja señala que por su consulta pasan adolescentes con problemas de «vaginismo o eyaculación precoz» que tienen «una falta de información enorme».

«He tenido personas que no conocían lo que es el clítoris», dice. Sánchez, que pasa consulta en Murcia, sabe que «los padres es muy raro que se sienten con sus hijos a explicarles el tema sexual». De ahí que los infantes, en el despertar de su sexualidad, «se guían por Internet y por otros amigos».

Denuncia que existe «un juego que realizan niños, que se sientan en círculo los chicos y las chicas van pasando de unos a otros. Las llegan a penetrar. ¡Y lo ven como un juego! No lo ven como una práctica sexual, lo ven como un juego más». Se llama ‘juego del muelle’ y es uno de los más peligrosos comportamientos sexuales entre menores.

También opinó sobre el asunto el responsable del Instituto Sexológico Murciano. Preguntado por cómo se vive el sexo en edades tempranas, recalca que «se siente mucha curiosidad, se acentúan los caracteres sexuales secundarios y se empiezan a experimentar en la intimidad y con el grupo de iguales. Se busca información y se habla entre los compañeros. Se busca información como se puede y en la mayoría de ocasiones se hace dejando a los padres a un lado».

«Me preocupa especialmente la falta de educación sexual y afectiva en casa», subraya Jesús Eugenio Rodríguez. Rememora que «en 2014 realizamos un estudio en la Región, con más de 700 mujeres con una media de edad de 26 años, y en solo en 3 de cada 10 casos se hablaba con normalidad de sexo en casa, mientras que para 5 de cada 10 no se hablaba en absoluto».

«Estamos ante un nuevo paradigma en el desarrollo sexual de los niños del que todavía no somos muy conscientes, donde las tecnologías, el uso de redes sociales, el acceso sin filtro alguno a la información desde edades muy tempranas, el acceso a la pornografía gratuito y sin límite, sin duda está provocando conductas sexuales que sorprenden a la sociedad cuando transcienden a los medios, pero que son más habituales de lo que pensamos en estas generaciones», especifica.