Dar clases en un Colegio Rural Agrupado (CRA) implica tener alumnos de distintas edades en una misma aula. Implica atender a las necesidades heterogéneas que cada grupo de edad necesita y para lo que no se forma a los docentes en las universidades. Son alumnos que viven en pequeños núcleos de población y estas escuelas, antes llamadas unitarias, pueden evitar el despoblamiento en estas zonas rurales apartadas de los núcleos urbanos, donde, además, los índices de natalidad están cayendo.

En la Región de Murcia existen actualmente ocho colegios rurales agrupados, que se ubican en los municipios de Abanilla, Caravaca de la Cruz, Cehegín, Fuente Álamo, Moratalla, Torre Pacheco y Lorca. En estos centros hay 1.200 alumnos matriculados, que están repartidos en 106 unidades.

En los CRA de la Región, que ofrecen Infantil y Primaria, hay actualmente destinados 190 docentes. Y en las que no hay alumnos de un nivel o son muy pocos, se agrupan en aulas mixtas de diversos niveles. «Estos centros son pieza clave en la atención educativa del ámbito rural y pretenden evitar el desarraigo del alumnado de su lugar de origen y acortar desplazamientos», manifestó la consejera de Educación, Juventud y Deportes, Adela Martínez-Cachá.

Cada uno de los Centros Rurales Agrupados de la Región abarca varias localidades y se articula en una sede central y diversas actuaciones o aulas rurales diseminadas, con una única o varias unidades escolares. Normalmente es el colegio que está en la localidad más importante de la comarca el que asume las tareas de gestión y administración del CRA. Estos colegios atienden a los alumnos cerca de sus domicilios.

Uno de ellos es el colegio rural de Zarcilla de Ramos, que está ubicado en una de las pedanías altas del municipio de Lorca, que cuenta con 1.000 habitantes. Este centro atiende a alumnos de un área geográfica muy amplia, con un total de 270 kilómetros cuadrados de extensión y con puntos que distan hasta 70 kilómetros entre sí. Hay 6 centros diferentes y en total allí trabajan 36 maestros, de los cuales 13 son itinerantes, que se desplazan entre las distintas sedes del CRA.

Hay 19 unidades, de las cuales 8 son de Educación Infantil y 11 de Primaria. Todas son mixtas (de varios niveles educativos) y tienen 212 alumnos en total. También tienen un conserje para todos, que se desplaza cada día a los distintos centros.

La sede central del CRA en Zarcilla de Ramos tiene 25 alumnos de diversas edades y dispone de dos aulas de Infantil, cinco de Primaria, un aula de Pedagogía Terapéutica y de Audición y Lenguaje, una pista polideportiva, un salón de actos y una biblioteca. La extensión de Avilés, otra pedanía lorquina, situada a 30 kilómetros de distancia por carretera rural, atiende a 26 alumnos en un aula de Infantil y otra de Primaria. Dispone asimismo de biblioteca, sala Plumier y pista polideportiva.

José Rodríguez Gómez es el director de este CRA y reconoce que la dotación de docentes ahora está bien, tras los recortes sufridos durante la época de la crisis. «Siempre se ha respetado la legislación que marca la ratio por profesor en los grupos», comentó, y se congratuló de que este inicio de curso han visto renovar todo el material informático que tenía y que estaba «muy obsoleto».

«En manos de nadie»

Debido a la peculiaridad de estos colegios, la Consejería de Educación, tras escuchar a sus directores, va a impulsar los cursos de formación destinados a los docentes que van a impartir clases por primera en los CRA, y en los cuales participan inspectores, maestros que dan clase en estos centros, directores...

El objetivo es que los maestros «cuenten con las herramientas necesarias para ofrecer una educación de calidad», destacó la consejera, quien añadió que están preparando una regulación específica para estos centros, otra de las demandas de los directores.

En este último punto, Rodríguez manifestó que esta regulación ya existe en otras comunidades autónomas y la consideró como «una carencia» que se debe resolver, porque «estamos en manos de nadie». Los directores de estos centros esperan que la nueva legislación «sea una realidad» antes de que concluya este curso.

Esta normativa permitiría, defienden los directores, mejorar la estabilidad de la plantilla de los centros y continuar con las metodologías activas, con la misma línea educativa año tras año, lo que repercutiría en una mejora del proceso de aprendizaje de los escolares. «Esto es lo que, además, nos vienen reclamando las familias», subrayó José Rodríguez.

El director quiso dejar claro que la escuela rural ni es mejor ni peor que las urbanas, «pero sí es diferente y necesita organizarse de otra manera».

También por primera vez, la Consejería tiene previsto celebrar una jornada formativa «para poner en valor» las buenas prácticas entre docentes destinados en colegios rurales. Esta formación, que se ofertará a través del Centro de Profesores y Recursos Región de Murcia (CPR), se sumará a las jornadas de experiencias educativas de los entornos rurales que se realizan periódicamente en la Región.