El trabajo de los sanitarios en la consulta, tanto médicos como enfermeros, resulta fundamental para detectar situaciones de riesgo e intentar que no se lleven a cabo prácticas como la mutilación genital femenina. Gracias precisamente a la puesta en marcha de un protocolo en la Región se pueden prevenir situaciones como la que se dio no hace mucho en un centro de salud de la Región, donde «gracias al aviso de una compañera conseguimos que se retirara el pasaporte a una niña cuyos padres se la quería llevar a su país para practicarle la mutilación genital, como al resto de sus hermanas», explica la enfermera murciana María del Mar Pastor. Por ello hace hincapié en que «profesionales, sanitarios y profesores debemos unirnos e implicarnos para acabar con este problema, ya que somos los que pasamos mucho tiempo con estas pacientes y nos ganamos su confianza».

Para que esto sea así, Pastor considera que resulta fundamental la formación. Concretamente, en la Facultad de Enfermería de la UMU ya se ha incluido un programa específico sobre este asunto dentro de la rama de Violencia Contra la Mujer para que lo conozcan los futuros enfermeros.