Los agricultores de la Región amanecían en la mañana de ayer con una buena noticia: las lluvias que habían caído desde la madrugada del domingo hasta el mediodía de ayer representaban un balance positivo.

A pesar de los avisos de alertas por fuertes precipitaciones, sus cultivos no solo permanecen intactos -ya que no ha habido que lamentar daños por lluvias torrenciales- sino que estiman que ha sido «todo un éxito»

Paco Gil, secretario de la organización agraria COAG indicó que el balance de las lluvias caídas en las distintas zonas de la Región era «extraordinario»

En el Campo de Cartagena, sitio donde «más corta se quedó la lluvia», según afirmó Ortiz, cayeron un poco menos de 30 litros por metro cuadrado. En el Valle de Guadalentín cayeron entre 30 y 40 litros. Desde COAG indicaron que en el Altiplano fue donde «más vida se le dio al campo», ya que se recogieron cerca de 50 litros. Buenas cantidades que suponen un alivio ante la sequía, aunque no sea el fin de la misma, tal y como señaló el secretario de COAG, añadiendo que «teniendo en cuenta que en los pasados cuatro meses cayeron 35 litros en toda la Región, que caiga más de esto en apenas medio día es totalmente extraordinario».

Con una media de 40 litros por metro cuadrado, las precipitaciones fueron generales y significó casi un riego para las plantaciones de cítricos en la Vega del Segura, para los frutales de Cieza y también para los almendros y los viñedos del Noroeste y el Altiplano.

Antonio Moreno, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), calificaba de «gloria bendita» el agua caída.

«Esperamos que la tendencia sea a un aumento de las lluvias, sobre todo en aquellas zonas que dependen directamente del trasvase», apostilló Moreno.

Igual de satisfecha se mostró la otra organización con representación en la zona norte de la Región, COAG-Iniciativa Rural. Su presidente en Cieza, Manuel Martínez, quien hace pocos días advertía en LA OPINIÓN del peligro que corrían sus plantaciones y su impacto negativo en el empleo (hablaba de que podrían estar en peligro del orden de 20.000 puestos de trabajo de cara a la venidera temporada de fruta de hueso), destacaba la satisfacción que para el sector suponen estas lluvias.

«Nos han caído de media unos 40 litros, lo que supone casi un riego aunque, lógicamente, tenemos que resaltar que esto no soluciona el grave problema del agua que tenemos en nuestra zona, sobre todo en los regadíos que dependen del trasvase Tajo-Segura».

Los bancales de fruta de hueso de toda la Vega Alta presentaban un aspecto totalmente inédito, con unas tierras anegadas y empapadas de agua. En algunos lugares llegó incluso a caer granizo mezclado con agua o nieve granulada que no causaron daños en los cultivos.