Es lo que se denomina economía circular: conseguir que los productos, componentes y recursos en general, y en este caso los fangos y purines que llegan a las depuradoras, mantengan su utilidad y valor en todo momento. El escenario elegido es la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Totana y el marco es el proyecto europeo Life Sto3re, que se inició en septiembre de 2015 y que está en su fase final. El presupuesto ronda los dos millones de euros.

«Se pretende dar valor añadido a los residuos, y se han elegido los lodos y los purines porque ambos tienen aspectos positivos y negativos en su uso como enmiendas orgánicas (fertilizantes naturales)», explica Carlos García, investigador del CEBAS-CSIC, uno de los cinco organismos y empresas que participan en el proyecto.

García, que forma parte del departamento de Conservación de Suelos, Aguas y Manejo de Residuos Orgánicos del Cebas, explica que los suelos del sureste, y en especial los de la Región de Murcia, sufren una degradación «altísima», tanto por la desertificación como por la sobreexplotación y falta de lluvias.

«Si no logramos que mejoren no serán sostenibles ni producirán alimentos, ni hoy ni dentro de 20 años», advierte. Y la fertilización orgánica es el sistema ideal.

Es en este punto donde entra en juego el proyecto Life en marcha, con el que, mezclando ambos residuos, y mediante un proceso de biometanización posterior, se obtiene también biogas (CH4), o lo que es lo mismo, energía limpia.

Se usa una combinación de diferentes tecnologías que integran procesos físicos, biológicos y químicos, con los que se persigue eliminar de forma eficaz los patógenos y microcontaminantes orgánicos presentes en lodos y purines. También se puede obtener nitrógeno, potasio y fósforo para su uso en las explotaciones agrarias de la zona y que son una fuente de materia orgánica.

Una vez cerrado el ciclo, y tras haber logrado energía limpia y fertilizantes orgánicos, «saneados», se llega al objetivo de ´residuo cero´.

García apunta que «la sociedad actual necesita asegurar la generación de alimentos saludables de manera sostenida en el tiempo y, dado que los biofertilizantes son capaces de incrementar la fertilidad de los suelos donde se adicionan, resultan claves para la agricultura del futuro».

La técnico en I+D+i de AINIA, otro de los centros de investigación que participan en el proyecto, destaca que además de favorecer la estabilización de la materia orgánica, la reducción de olores procedentes de los fangos y purines y la eliminación de microcontaminantes y patógenos, la tecnología de digestión anaerobia que se utiliza en este proceso permite, entre otros beneficios, «reducir las emisiones de CO2 y obtener una fuente de energía renovable como es el biogás, con lo que a su vez se consigue que el proceso sea energéticamente autosostenible».

Por último, en cuanto al tratamiento de las aguas residuales y su reutilización, Elena Zuriaga, técnico de I+D+i de FACSA (la empresa de Castellón que gestiona el ciclo integral del agua y que es otra de las participantes), ha remarcado que «el tratamiento de las aguas residuales y su reutilización cobra cada vez más importancia dada la escasez de este recurso».

El proyecto en cifras

El proyecto en cifrasEn la estación de Totana se ha instalado un prototipo o planta piloto que ha permitido tratar mezclas representativas de lodos de seis EDAR (Totana, Alhama de Murcia, Mazarrón, Puerto Lumbreras, Librilla y Aledo) y purines de cinco granjas ubicadas en esta zona, que concentra más de 150 explotaciones ganaderas y genera cada año 1,35 millones de toneladas de residuos agroindustriales.

Además, la aplicación de esta tecnología a escala industrial posibilitaría la generación de un biofertilizante en cantidad suficiente como para cubrir las necesidades de 1.700 hectáreas de cultivos al año, además de reutilizar 50.000 metros cúbicos de agua y reciclar cerca de 300 toneladas de nitrógeno, 80 de potasio y 70 de fósforo.

Este proyecto está especialmente pensado para estaciones depuradoras de aguas residuales de pequeño y mediano tamaño.

Nuevas prohibiciones para la aplicación de los purines como estiércol

Nuevas prohibiciones para la aplicación de los purines como estiércolEl Ministerio de Agricultura ha puesto en marcha una serie de restricciones para el uso de purines como abono agrícola.

La ministra Isabel García Tejerina ha comentado que es «inevitable» la aplicación de la directiva europea en materia de purines porque España supera los niveles de emisiones de amoniaco a la atmósfera y «el 90% de ellas procede del sector agrario».

El Real Decreto que entró en vigor el 1 de enero establece la prohibición de aplicar los purines mediante sistemas de plato o abanico, obligando a disponer de una maquinaria específica que permita su inyección directamente en el suelo.

El incumplimiento de estas medidas va a condicionar que los agricultores y ganaderos reciban las ayudas incluidas en la Política Agraria Común (PAC) este año.

El Ministerio va a sacar una convocatoria de ayudas para la compra de maquinaria con el fin de cambiar la manera de esparcir los purines y durante este año puede haber excepciones «si están justificadas».

En la Región de Murcia, según fuentes de la Consejería de Agricultura, los agricultores aplican el abono a base de purines con cisternas y un apero que los entierra directamente en el suelo, y no lo esparcen con un difusor o manguera para lograr una distribución homogénea, como lo hacen en otras comunidades. «De esta manera queda sellado y no existen pérdidas a la atmosfera; como siempre, somos un modelo para otras regiones», puntualizan.