La prolongada situación de extrema sequía que atraviesa el país acabará afectando al bolsillo y puede que incluso dificulte hasta la higiene de los murcianos. A menos que llueva, subirá el precio del agua y habrá cortes de suministro, según aventura la Mancomunidad de los Canales del Taibilla (MCT). El problema es que el ente público que suministra el agua de consumo doméstico, la que sale por el grifo, tiene que asumir cada vez costes más altos para que la población pueda hacer uso de este recurso básico.

La falta de agua proveniente del trasvase Tajo-Segura ha obligado a la Mancomunidad a recurrir al agua desalada como fuente principal. Ésta es más cara que la que llega de los ríos o de los trasvases, porque necesita más electricidad para producirse y para distribuirse, según informa el presidente de la MCT, Adolfo Gallardo, que explica también que la desalación ha obligado a cambiar el sistema de envío, que antes iba por gravedad desde las cotas más altas al litoral, por otro que manda el agua al contrario, del mar a las cotas altas. Para ello se necesitan estaciones de bombeo como la de Benferri (Alicante), que consume energía. Un 'combustible' que, según el presidente de la MCT, Adolfo Gallardo, «es cada vez más caro». En noviembre de 2016, el 26% del agua que salió por el grifo en los hogares de la Región procedía del río Taibilla, el 46% del trasvase y el 28% de las desaladoras. Mientras que, en noviembre de 2017, el 26% del agua potable procedía del río Taibilla, el 12% del trasvase y el 62% de las desaladoras. Es decir, más del doble de cantidad de agua desalada que en 2016, al disminuir la cantidad de agua del trasvase Tajo-Segura.

El porcentaje que ocupa la desalación será mayor este año, ya que la Mancomunidad señala que no habrá agua del trasvase este 2018. Un metro cúbico de agua desalada cuesta 0,45 euros, sin contar la amortización de la planta en la que se obtiene, que encarece el precio en 0,20 euros. La desaladoras de la MCT -hay dos en San Pedro del Pinatar y otras dos en Alicante- quedarán amortizadas en los próximos dos años. Se construyeron en el 2000. El resto del agua desalada proviene de las plantas de Torrevieja, Águilas y Valdelentisco; pero este agua la compra la MCT a la empresa Acuamed.

Gallardo avanza que llevan ya muchos meses haciendo equilibrios para cuadrar los presupuestos de la Mancomunidad, con el fin de no tener que subir el precio del agua. «De momento estamos asumiendo el coste porque nuestro balance de ingresos y gastos nos lo permite. Estamos quitando dinero de las partidas presupuestarias que teníamos destinadas para hacer obras», esgrime Gallardo. El responsable advierte también que «si no llueve esta primavera, habrá que subir el precio del agua de forma coyuntural, mientras que dure esta sequía tan prolongada que estamos sufriendo». Asimismo, el presidente de la MCT asegura que, a día de hoy, no puede garantizar que no se vayan a producir cortes puntuales en el suministro. No obstante, recalca que las desaladoras están trabajando a máximo rendimiento para que no haya interrupciones. «Funcionan al 100%», recalca.

Riesgo en la zona alta del Segura

En palabras de Gallardo, «hoy en día no podemos garantizar nada, porque no tenemos agua almacenada. Vivimos al día. Por suerte, hay zonas del territorio en las que las desaladoras están solapadas, y, si una falla, podemos recurrir a la que está más cerca para abastecer a los hogares mientras se repara. Pese a que este año no habrá agua del trasvase, el sistema seguirá sustentado en el Tajo-Segura, aunque esta sequía coyuntural se está prolongando mucho en el tiempo». En cuanto a las zonas en riesgo por los posibles cortes de suministro de agua, el presidente de la Mancomunidad apunta que «la zona alta del río Segura (Abarán, Cieza y Blanca) depende del Tablilla y de recursos extraordinarios; así que es una zona vulnerable».