En la Región de Murcia hay catalogadas 16 especies en peligro de extinción y 224 vulnerables, de interés especial y extinguidas en sus poblaciones naturales, tal y como se recoge en el decreto 50/2003. De éstas, el Centro de Conservación de la Flora Silvestre ha logrado obtener 280 'muestras' para el banco de germoplasma donde se custodian las semillas, taxones o cultivos 'in vitro', para conservar y recuperar la biodiversidad autóctona de la Región. Incluso se conservan semillas de especies extinguidas.

El objetivo final es que este banco pueda albergar semillas de toda la flora propia regional, aunque siempre dando prioridad a las que puedan presentar algún grado de vulnerabilidad. Además del banco, el Centro alberga un vivero de plantas.

La directoral general del Medio Natural, Consuelo Rosauro, que visitó ayer las instalaciones, manifestó que la cantidad de especies recogidas en el banco de germoplasma «es realmente importante, ya que incluye todas las incluidas en el Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida de la Región de Murcia».

El banco tiene dos colecciones: una 'activa', de la que procede el material para cesiones y que se conserva en tarros y tubos herméticos; y una 'base', que constituye el material que va ser almacenado a largo plazo y que se conserva en tarros termo-sellados a modo de ampollas.

Existe una colaboración constante entre el banco y los vivero, que se nutren de las semillas; y con los investigadores de la Universidad de Murcia y de la Politécnica de Cartagena.

Medio Ambiente puso en marcha en abril del año pasado un programa de seguimiento silvestre en el que se constata las necesidades y el estado de conservación de las especies, que pueden llevar a recolectar semillas de aquellas que puedan presentar algún problema, o de algunas nuevas que 'aparezcan' y de las que no se tenga muestra genética, como por ejemplo, el tabaco borde ( atropa baetica). Esta especie se encontró en la sierra del Buitre, Moratalla, en 2011 y no aparece en el decreto de 2003.

La directora general subrayó que en los últimos tiempos el Centro ha redirigido la producción de plantas a especies protegidas, raras, endémicas o amenazadas, «evitando que desaparezcan de nuestro medio y garantizando la riqueza y variedad de la flora mediterránea; la conservación de nuestro medio natural, así como de la fauna y flora, constituye una prioridad».

Además, el Centro de Conservación surte de planta autóctona mediterránea a proyectos europeos como el 'LIFE Tetraclinis' o 'LIFE Ripisilva', iniciativas que «demuestran la posibilidad de aprovechar los recursos de las instalaciones regionales para producir plantas con requerimientos biológicos y ecológicos dispares», concluyó.