Las empresas murcianas deben esperar tres veces más que las andaluzas y las valencianas para conseguir las autorizaciones oficiales de la Comunidad Autónoma a los nuevos proyectos de inversión. Jose María Albarracín, presidente de la CROEM, considera «intolerable» el retraso en la tramitación de las solicitudes empresariales que se viene produciendo en la Región y que ha dado lugar al bloqueo de más de 600 proyectos, según dijo ayer durante un encuentro organizado por la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur).

Albarracín se lamentó de que Murcia triplica los plazos de las comunidades autónomas vecinas, que tardan entre nueve meses y un año en dar el visto bueno a las propuestas empresariales, mientras que en la Región son necesarios al menos tres años. «Esto es una barbaridad», aseguró Albarracín ante los empresarios que asistieron a un encuentro convocado por Amefmur.

El máximo responsable de los empresarios de la Región calcula que el desbloqueo de los más de 600 proyectos de inversión empantanados en la Comunidad Autónoma permitiría crear un millar de puestos de trabajo. Recordó que la patronal ha trabajado con el Gobierno regional en las reformas destinadas a agilizar los trámites burocráticos y mostró su confianza en que la segunda fase de la simplificación administrativa permitirá «la regularización de empresas que llevan 20 o 30 años trabajando, pero no gozan de licencia», algo que, a su juicio, debería llevar a «echarse las manos a la cabeza».

El presidente de la CROEM hizo balance de la situación de las infraestructuras de la Región y dio por hecho que en 2018 se producirá definitivamente la llegada del AVE y la apertura del aeropuerto de Corvera. «No vamos a tolerar ninguna otra tomadura de pelo», advirtió. Queda pendiente el Corredor Mediterráneo, pero confía en el interés que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, tiene en sacar adelante los tramos en proyecto.

También aludió a los problemas del agua y reivindicó el Pacto Nacional, que «debe venir precedido de un pacto regional». También advirtió de que «los sectores agrarios y agroalimentario tomarán muy buena nota» de lo que ocurra.

Por otra parte, planteó la situación financiera que arrastra la Comunidad Autónoma a causa del déficit, con una deuda cercana a los 9.000 millones, y recordó que la discriminación en el reparto autonómico ha privado a Murcia de unos 280 millones anuales desde 2009.

Albarracín apostó por el turismo y la industria como motores de la economía regional, y dijo que el sector agroalimentario «sigue siendo nuestro disco duro».

El consejero de Empleo, Universidades y Empresa, Juan Hernández, apuntó que la inversión industrial ha acumulado un crecimiento 426% en los últimos años. Lamentó que la Región tenga que poner «25 millones en 2018 para tener AVE» y que arrastre hipotecas como «el millón y medio que paga en peajes ocultos» para financiar obras.