La Región ha destinado, en el marco de la estrategia de investigación e innovación para una especialización inteligente (RIS3Mur), un total de 174.585.743 euros que han permitido impulsar la I+D+i y la transferencia de tecnologías en áreas estratégicas para el desarrollo económico regional.

De esos cerca de 175 millones de euros, correspondientes al periodo 2014-2016, un total de 77,7 fueron invertidos por las empresas, mientras que el gasto de las administraciones públicas alcanzó los 79,2 millones de euros y la captación de fondos procedentes de programas internacionales llegó a los 17,6 millones de euros.

Así lo destacó recientemente el consejero de Empleo, Universidades y Empresa, Juan Hernández, durante la reunión del comité de seguimiento de la estrategia RIS3Mur, en la que subrayó la importancia de esta herramienta para avanzar hacia un modelo de desarrollo económico basado en el conocimiento.

«Esta estrategia de especialización inteligente es un instrumento de programación de las políticas públicas que trata de potenciar las fortalezas y ventajas competitivas de la Región incrementando la competitividad de aquellos sectores considerados estratégicos a través del conocimiento, la investigación y la innovación, la transferencia de tecnologías y la colaboración entre los ámbitos empresarial e investigador», señaló Juan Hernández.

La Región, de hecho, invierte en la actualidad el 5,6% de su PIB en la sociedad del conocimiento, lo que la sitúa como la quinta comunidad, por detrás de Madrid, Cataluña, Navarra y País Vasco.

En este sentido, y según los últimos datos del INE, el gasto interno en investigación y desarrollo ascendió a 269,2 millones en 2016, lo que supuso un incremento del 10,2% con respecto al año anterior frente al crecimiento medio del 0,7% registrado a nivel nacional y que sitúan a la Región como la segunda comunidad autónoma que más crece.

El gasto en innovación tecnológica, mientras tanto, alcanzó los 193,4 millones, con un incremento en este caso del 22,3% con respecto al año anterior, muy por encima del aumento del 1,3 que se produjo de media en España y que, al igual que ocurre con la inversión en I+D, supuso el segundo mayor incremento.