Un riego sostenible basado en el déficit de agua es posible. El proyecto europeo Irriman Life+, que coordina la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) en colaboración con el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), la Consejería de Agricultura de Murcia, la Universidad de Córdoba (UCO) y la Comunidad de Regantes Genil-Cabra y la Federación de Comunidades de Regantes del Mediterráneo (Fenacore) ha llegado a su fin tras tres años de trabajo.

Como resultado se ha logrado poner en marcha sistemas de riego inteligente que reducen hasta un 30% el consumo de agua y un 40% las emisiones de CO2 desde el suelo, mitigando así el cambio climático, según el coordinador del proyecto, Alejandro Pérez Pastor.

La adopción de este sistema de riego eficiente dará lugar a incrementos en la productividad del agua, incrementos en el potencial de fijación de carbono en el agroecosistema y disminuirá los costos de energía del riego presurizado.

Los investigadores calculan un ahorro del 30% tanto en aportaciones hídricas como en fertilizantes. Además, se ha desarrollado una app para que los agricultores sepan «en cada momento» cuánta agua pueden aplicar al cultivo según la dotación hídrica que tengan al principio del ciclo de cultivo. «Con diferentes estrategias pueden aplicar, ahorrar y planificar la poca agua que tienen los agricultores», explicó Pérez.

La Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la UPCT acogió ayer una jornada en la que distintos ponentes explicaron el trabajo realizado.

El coordinador del proyecto y profesor de la UPCT Alejandro Pérez indicó que unas 30.000 hectáreas de cultivos como el olivo, el almendro, el melocotonero o el peral se han beneficiado de los resultados del proyecto y que en los próximos 5 años, «muchos más se beneficiarán» también.

El proyecto, cofinanciado por la UE, cumple con el objetivo de poner en práctica, demostrar y difundir una estrategia de riego sostenible.