El Instituto Superior de FP Claudio Galeno, en Aljucer (Murcia), acoge el próximo día 14 la jornada sobre Terrorismo yihadista como amenaza para la seguridad global y local, en la que participan Chema Gil, codirector del International Security Observatory, y Manuel J. Gazapo Lapayese, director del International Security Observatory. Este experto charló con LA OPINIÓN sobre cómo afrontar esta amenaza mundial.

La jornada versa sobre Terrorismo yihadista como amenaza para la seguridad global y local. ¿Terminará alguna vez esta amenaza? Observando el panorama actual y analizando los posibles escenarios de futuro, desgraciadamente, podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que la amenaza que representa el terrorismo de etiología yihadista seguirá acompañándonos muchas más décadas. Si hacemos referencia al terrorismo en general, la respuesta es muy similar: el terrorismo, como estrategia de presión política, económica y social, es un fenómeno que lleva acompañando a la humanidad desde varios siglos atrás y nada indica que eso vaya a cambiar. El terrorismo va a seguir estando presente por muchos más años. El terrorismo, independientemente de la ideología sobre la que se sustente o del credo que diga representar, es un mecanismo de actuación asimétrico que otorga enormes ventajas al atacante e incrementa dramáticamente las vulnerabilidades de las potenciales víctimas. Por esta razón, el terrorismo, como forma de actuación política, seguirá existiendo indefinidamente.

¿Tienen los terroristas un objetivo claro o hay algunos que ni siquiera saben qué quieren? A esta pregunta le contesto haciendo referencia a la definición de terrorismo que un humilde servidor publicó y desde entonces se está utilizando, junto a otras tres, como una de las más funcionales para la descripción del fenómeno: «El terrorismo es una intervención subversiva y deliberada en el paisaje nacional y/o internacional que busca causar, a través de la amenaza o el uso de la violencia en todas sus formas y dimensiones, un impacto psicológico que altere el equilibrio de una esfera o ámbito determinado, en pro del beneficio de sus instigadores». Esto quiere decir que los terroristas sí tienen un objetivo claro y éste es alterar la toma decisiones de los objetivos a los que atacan para crear condiciones favorables a sus intereses. Esto no quiere decir que únicamente ataquen a su objetivo principal, sino también a terceros actores que rodean al primero y de esa forma crear una atmósfera de presión, terror, miedo, desconfianza e incertidumbre que influya en la alteración de la ya citada toma de decisiones.

¿Cómo cree que lo está haciendo España en su lucha contra el Yihadismo? España, como Estado miembro de la Unión Europea y como país de peso en la escena internacional, está siendo un ejemplo en lo que la lucha contra el terrorismo de etiología yihadista se refiere. Desgraciadamente, nuestra experiencia en combate contra el comando terrorista ETA nos ha dotado de un ´know-how´, una experiencia y un conocimiento que otros países no tienen. Un claro ejemplo de ello es que desde el 11M hasta los recientes atentados de Barcelona, España llevaba 13 años sin sufrir el zarpazo del terrorismo. Esto significa, sin duda alguna, que el trabajo realizado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Policía Local y los Servicios de Inteligencia, entre otros actores, está siendo extremadamente eficiente y eficaz. Ahora bien, esto no quiere decir que no exista todavía un amplio margen de mejora. El terrorismo es una amenaza líquida, difusa, resiliente y en constante metamorfosis. Por dicha razón, no podemos caer en la autosatisfacción y hemos de ser autocríticos y seguir mejorando nuestras estrategias para evitar que se repitan atentados como el de la Rambla o Cambrils.

¿Considera que los miembros de las Fuerzas de Seguridad en comunidades como la Región están preparados para afrontar este desafío? La experiencia que hemos obtenido los directores del International Security Observatory tras nuestras numerosas visitas y estancias en la Región de Murcia es muy positiva. Los diferentes municipios y alcaldías están dotados de Cuerpos de Policía Local altamente interesados en formarse en cuestiones de contraterrorismo, contra-narrativa, mediación cultural y resolución de conflictos. Dicho esto, es necesario apostar y potenciar por la formación de la Policía Local, ya que se trata del primer escalón de la pirámide en lo que se refiere a seguridad ciudadana. Hay que dotar de mayores instrumentos y mejor formación a las Policías Locales, ya que éstas actúan, junto a la Guardia Civil y al Cuerpo Nacional de Policía, como la primera línea de alerta temprana ante los posibles casos de radicalización terrorista. La información a la que tienen acceso las Policías Locales es sumamente rica y hay que saber hacer un uso efectivo de ella y transformarla en inteligencia.

Del atentado en Barcelona del pasado verano ya apenas se habla en medios de comunicación. ¿Lo ha olvidado ya la opinión pública, apenas ha marcado? Seamos claros en esta cuestión. La memoria o conciencia colectiva, desgraciadamente, continúa siendo selectiva y efímera. Se trata de una realidad ciertamente decepcionante que afecta a la gran mayoría de la sociedad ´occidental´. Tenemos unos gobiernos y una memoria social que tiende al corto plazo. Cuando ocurre un atentado como el de Barcelona existe un pico de atención y demanda de información por parte de la ciudadanía y los medios de comunicación, pero pasadas dos semanas el interés desaparece y no se reflexiona en profundidad sobre el acontecido, lo cual provoca que no se implementen las medidas para hacer frente al terrorismo en futuras ocasiones.

¿Cree que en Europa la gente vive con miedo a que pueda tocarle, especialmente en Navidad? Depende del país y del ciudadano al que preguntemos. Las sensibilidades y las sensaciones son tan variadas como ciudadanos hay. Ahora bien, aunque parezca extraño, aún a día de hoy y a pesar de todos los atentados ejecutados a ambos lados del Mediterráneo, en ´Occidente´ seguimos viendo el terrorismo como una amenaza lejana. Y eso es un gran error. No hay que vivir en un estado de emergencia o sumidos en el miedo, pero sí conscientes de las amenazas que nos rodean.

Dijo usted recientemente que el Daesh «busca conquistar Occidente a través del vientre de las mujeres» y que cada vez son más las féminas que se radicalizan mediante Internet. ¿A qué cree que se debe esto? Daesh busca recuperar su poder y su atractivo, esto es, su capacidad de captación tras las últimas pérdidas de territorio en Siria e Irak. Con ese objetivo en mente, ha comprendido que el uso de mujeres en el proceso de captación de otras féminas garantiza un éxito mucho mayor que si el proceso es llevado a cabo exclusivamente por un varón. Cuando una joven occidental está en proceso de ser captada, un varón puede terminar de convencerla a través de la promesa del matrimonio. Existen múltiples ejemplos de esta estrategia. Ahora bien, siempre pueden persistir dudas sobre ´las maravillas´ que se encontrará la joven cuando viaje al territorio controlado por Daesh. Sin embargo, si la persona que dirige (o complementa) el proceso de captación es una mujer, el ´grado de identificación e imantación´ puede llegar a ser mucho mayor que el que se dé entre un hombre y una mujer, ya que entre ellas pueden conversar ´en confianza´ de los elementos que a la chica occidental le inquietan. Por otro lado, el uso de mujeres para la captación de nuevos combatientes, en este caso hombres, es realmente efectivo, ya que hablar con una mujer que supuestamente será tu esposa en zona de combate puede ser el elemento definitivo que empuje al individuo a emprender el camino del Yihad (el Yihad siempre es masculino y no femenino, ya que significa esfuerzo) y pasar a convertirse en un nuevo defensor de la bazofia ideológica que desea expandir Abu Bakr al-Baghdadi. A todo esto habría que sumar que la propaganda destinada a captar mujeres o convertirlas en dinamizadoras del mensaje terrorista es cada vez mayor, por lo que no nos puede extrañar que el número de jóvenes femeninas occidentales que sucumben al proceso de captación y radicalización sea cada vez mayor

¿Considera que la Región de Murcia podría ser objetivo del Yihadismo? Cualquier región de España puede ser un potencial objetivo terrorista. Esto nos exige estar constantemente en alerta, tanto en las principales ciudades del país como en las urbes que contengan un menor peso demográfico o peso económico.

En algunos pueblos de la Región hay reticencias y hasta protestas ciudadanas cuando personas de credo musulmán adquieren un local para habilitar una mezquita. ¿Cómo hacer llegar a los vecinos que estos prejuicios son irracionales? La única forma de solventar las diferencias que puedan existir entre los vecinos es a través del diálogo y el conocimiento mutuo. Todos, en nuestra condición de ciudadanos de un Estado de Derecho, tenemos la necesidad y la obligación de acercar posiciones para hacer la convivencia más confortable. En infinidad de ocasiones, desde el Internartional Security Observatory hemos explicado que impedir la construcción de una mezquita es un error estratégico, ya que provocará la aparición de múltiples oratorios irregulares y descontrolados. Desde el punto de vista de la seguridad y de la integración cultural, la experiencia nos demuestra que es mucho más recomendable tener una mezquita bien establecida y controlada que decenas de oratorios irregulares en pisos, locales o furgonetas. A todo ello se suma que el hecho de tener una mezquita establecida de forma correcta tal y como dicta la ley, ya no solo permite a la comunidad musulmana practicar sus ritos (un derecho a respetar), sino que también puede ayudar a detectar con facilidad si uno de sus jóvenes está entrando en dinámicas o círculos de radicalización y captación yihadista.

¿Cree que a los ciudadanos europeos le importan los atentados que se dan en lugares tan lejanos como Somalia o sentimos indiferencia? Existe una absoluta indiferencia. Aun sabiendo que todo lo que ocurre en los países arabo-musulmanes siempre acaba teniendo un efecto colateral en nuestras sociedades, la atención que otorgamos a los atentados que se cometen al otro lado del Mediterráneo es ridículamente escasa. Es tan brutal el nivel de indiferencia que no se puede negar que para la vasta mayoría de europeos la vida de un afgano, un yemení o un somalí tiene mucho menos valor que la vida de otro occidental. No es lo mismo que muera un libanés a que muera un europeo. Es duro decirlo pero es la triste realidad: en pleno siglo XXI, tu vida no tiene prácticamente valor si no tienes pasaporte europeo o americano.