Mateo Valero Cortés, director del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación, ofrece mañana, martes 5 de diciembre, en el Paraninfo de la UPCT (09.30 horas) y en el Teatro Villa de Molina de Segura (12.30 horas), una charla bajo el título La Supercomputación, un motor para la ciencia y la ingeniería, que se enmarca en las Conferencias de Divulgación Científica organizadas por la Fundación de Estudios Médicos (FEM).

Hablar de Mateo Valero es hablar de uno de los mayores expertos internacionales en la arquitectura de computadores. ¿De dónde nace su afán por la investigación en este ámbito?

La primera vez que oí hablar de cómo se hacían los computadores fue en el quinto curso de carrera en la UPM, en Telecos. Se explicaban cosas muy básicas. Después, cuando vine a Barcelona y se abrió la Facultad de Informática de la UPC, conocí a un informático chileno y gran persona, que venía de los Estados Unidos, Tomas Lang, experto en arquitectura de computadores. Pasé año y medio hablando este tema con él y me convenció de que era un campo sobre el que yo debería investigar.

¿Cómo explicaría a los profanos en la materia qué es la supercomputación?

Los supercomputadores son los computadores más rápidos del mundo. Son ordenadores formados por los mismos componentes que los PCs, pero en grandes cantidades y conectados y programados de manera que puedan trabajar como una sola máquina. Son una herramienta fundamental para el avance de la ciencia y la ingeniería porque pueden hacer, por ejemplo, grandes simulaciones. Si los expertos saben definir muy bien las leyes de la física y las matemáticas implicadas en un fenómeno, las trasladan en un programa y ejecutan este programa en un computador, entonces, el computador les permite ver qué pasaría cambiando determinados parámetros y les da soluciones, respuestas a sus preguntas. También se utilizan para hacer grandes cálculos y analizar grandes cantidades de datos y para hacer realidad las posibilidades que abre la Inteligencia Artificial.

En más de una ocasión ha afirmado que «los supercomputadores permiten ver mucho más allá de lo evidente». ¿Nos puede ilustrar esa tesis con un ejemplo?

Cosas que no se han visto nunca, como la estructura de un nuevo material, pueden simularse y verse con un supercomputador. También se utilizan para ´ver´ qué pasará en el futuro reactor de fusión del proyecto Iter o, en el terreno del cambio climático, nos permiten saber qué pasará si seguimos con el ritmo actual de emisiones. Sus aplicaciones en la ciencia y la industria son muy variadas. Por ejemplo, con Repsol los utilizamos para analizar el subsuelo de entornos muy complejos y localizar bolsas de hidrocarburos. Permiten ver mucho más allá de lo evidente.

Usted dirige, desde hace más de una década, el Barcelona Supercomputing Center. ¿Cuáles son los principales logros que han alcanzado hasta la fecha?

Creo que nuestro principal logro es haber crecido de 50 a 540 colaboradores desde que se fundó el centro, en 2005. Este crecimiento es el reflejo de la confianza en nuestra capacidad de generar buenas ideas. Actualmente, participamos en más de 150 proyectos de investigación, la mayoría financiados por la Comisión Europea y empresas privadas. Multiplicamos por mucho cada euro que recibimos de las administraciones para nuestro funcionamiento ordinario.

¿En qué líneas de investigación está trabajando en la actualidad el Barcelona Supercomputing Center?

Una de nuestras áreas de investigación más robustas es la de las ciencias de la computación, incluyendo tanto arquitectura de computadores como programación en paralelo y herramientas para evaluar el rendimiento. Ahora estamos trabajado para crear el computador europeo. Pero también tenemos un papel relevante a nivel nacional e internacional en la investigación basada en la genómica y uno de nuestros principales retos es ser claves en el traslado de todo este nuevo conocimiento a la sanidad pública, lo que se llama la medicina personalizada. Aplicar la Inteligencia artificial a todos los campos de la investigación en los que trabajamos es también una de nuestras principales prioridades en estos momentos y la investigación sobre la calidad del aire y el cambio climático, otro de los campos en los que tenemos un papel destacado.

¿Cuáles son, a su juicio, las tendencias tecnológicas que pueden revolucionar el mundo en un futuro cercano?

Podríamos nombrar varias pero, sin duda, el avance de la supercomputación, ya que estamos a las puertas de construir máquinas exaescala, capaces de realizar un trillón de operaciones por segundo; los avances en el conocimiento del cerebro, que mejorarán las neurociencias pero también nos darán luz para realizar nuevos progresos en las tecnologías de la información, y la investigación relacionada con los computadores cuánticos.

¿Qué legado le gustaría dejar en las conferencias que impartirá el martes 5 de diciembre en Cartagena y Molina de Segura?

El legado que me gustaría transmitir a los alumnos es que la vida no es fácil, que hay que esforzarse pero que pueden conseguir todo lo que quieran si ponen ilusión, porque tienen inteligencia más que suficiente para cambiar el mundo haciendo investigación.