La Federación de Coros de la Región de Murcia (Fecorem) tiene un firme pensamiento: la música puede tener un efecto reparador y en algunos caso de reinserción social. Es por eso que quieren formar un coro con internos del Centro Penitenciario Murcia II. Su intención es formar un grupo de treinta reclusos, hombres y mujeres que cumplen condena en la prisión de Campos del Río, para impartirles formación musical y que, tras clases y ensayos, acaben actuando en el Auditorio Víctor Villegas.

Desde la Federación ya cuentan con el proyecto, detallado, y hasta un eslogan, 'Saca la voz de la cárcel', pero les falta la financiación. Su secretaria e impulsora del plan, Luz García, aseguró a LA OPINIÓN que necesitan subvención para sacar el proyecto adelante. «Queremos llevar la música coral a la prisión, que sea una herramienta educativa, de autodisciplina para los presos», afirmó. Para ello, eligen la cárcel de Campos del Río como el lugar perfecto para desarrollar su iniciativa, dado que en ella hay hombres y mujeres.

La actividad consistiría en sesiones formativas de tres horas semanales que concluirían con un concierto para mostrar lo aprendido.

«El objetivo de este proyecto es, poco a poco, devolverles esa naturaleza del ser humano, de trabajar en equipo, de encontrar la sensibilidad y la belleza por la cultura, por el encuentro con su voz y con el ritmo. En definitiva, desarrollar el potencial humano de cada individuo para contribuir desde la música, el canto y el ritmo a mostrar otros caminos y a ser mejor persona y contribuir a la sociedad».

Para dirigir el coro contarían con Juan Manuel Hermosilla Avellaneda, licenciado en musicología, profesor de Secundaria en el Colegio Divino Maestro de Murcia y profesor colaborador en los talleres de enriquecimiento extracurricular del equipo de orientación educativo específico de altas capacidades de la Consejería de Educación de la Región.

Desde el Centro Penitenciario de Campos del Río aseguraron que verían «positivo» y «novedoso» que finalmente se llevara a cabo esta idea porque «la educación a través de la música es beneficiosa». De hecho, dentro del ámbito musical, cuentan con un taller distinto al que Fecorem quiere llevar a cabo, de musicoterapia, pero solo para los enfermos mentales o con alguna discapacidad. No obstante, en caso de que el proyecto contara con financiación y se pudiera llevar a cabo, «lo tendrían que aprobar desde el Centro Directivo, en Madrid».

El presupuesto que la Fecorem ha calculado para poner en marcha su iniciativa contempla desplazamientos, montaje y desmontaje, una sesión de tres horas a la semana, todos los instrumentos necesarios para treinta personas, la puesta a punto de materiales y el profesorado.

«Nos abastecemos con la cuota de sesenta euros al año que pagan los coros federados, pero para un proyecto de esta envergadura necesitamos más», explicó Luz García. Así, ponen a disposición de cualquiera que quiera ayudar el número de cuenta, ES 1514 910001 2830 0007 6117

En Alicante ya existe algo parecido. El hospital psiquiátrico penitenciario de Fontcalent cuenta con su propio coro, 'De Par en Par', integrado por una veintena de reclusos. En 2012 pasaron por la Región y actuaron en la parroquia del Rosario de Bullas y en el centro de día y el convento de los Padres Franciscanos de Cehegín. «Con esta actividad se nos pasa el tiempo más rápido. Además de aprender canciones, bromeamos entre nosotros y lo bonito es cuando cantamos en público», explicó uno de los reos.