La presión de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, con inspecciones constantes en clubes en los que se ejerce la prostitución, ha provocado que la delincuencia de trata de seres humanos se haya desplazado últimamente de estos establecimientos, donde prácticamente ha desaparecido, y se haya trasladado a la calle y a casas.

Así lo han hecho saber el jefe de Grupo de Trata de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Félix Durán, y el jefe del Grupo II de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de Policía Nacional, Antonio Navarro, en el I Congreso Nacional sobre Trata de Seres Humanos en el salón de Grados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Murcia, que reúne a expertos de todo el país especializados en este ámbito..

Navarro ha abordado en su conferencia la asistencia que presta la Policía Nacional a la víctima en el proceso de detección, identificación y asistencia, así como en el proceso judicial y, a posteriori, en el procedimiento de regularización al que podían estar sujetos sobre todo las víctimas extranjeras, que representan el 90 por ciento del total. En este sentido, Navarro ha explicado que la Policía Nacional lleva en lo que va de año 144 intervenciones en toda España relacionadas con la trata de seres humanos. De todas ellas, 25 se circunscriben a la Región de Murcia, 12 de las cuales se deben a explotación laboral y cuatro de explotación de la mendicidad.

El problema de la legislación en España, según Durán, es que «es muy complicado condenar por el delito de trata si no existe denuncia de la víctima».

Por este motivo, demostrar la «captación o engaño» en origen es «muy complicado», según Durán, quien señala que en otros países del este de Europa como Rumanía o Bulgaria «es relativamente más fácil» porque las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado trabajan en colaboración con equipos de actuación de esas naciones, donde «funcionan muy bien». En estos casos de Europa del Este, «se puede demostrar muy claramente cómo captan a las víctimas, cómo las trasladan y como posteriormente son explotadas», según Durán. En China o Nigeria, en cambio, «es casi necesaria la denuncia de la víctima, porque ella es la parte fundamental para que pueda haber una condena por el delito de trata».

En este sentido, ha destacado que el principal país de procedencia de personas víctimas de trata es Rumanía actualmente, pero seguido de cerca por Nigeria, país en el que se localiza una de las tratas «más duras y más violentas».