El titular del Juzgado de Instrucción Número Ocho de Murcia ha admitido a trámite la querella interpuesta por la madre de un niño que falleció a los 14 años de edad en el Hospital Virgen de la Arrixaca por una meningitis, nueve días después de que le diagnosticasen una gastroenteritis.

La Comunidad Autónoma ya indemnizó a la familia del menor con 150.000 euros, cantidad que determinó la sala de Lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia en el año 2015.

Todo comenzó dos días después del 14 cumpleaños del niño, en febrero de 2011, cuando la víctima, de nombre Alejandro, comenzó a sentirse mal en su domicilio de Cartagena. Tenía fiebre alta, náuseas, un fuerte dolor de cabeza y visión borrosa. Fue a la casa un médico que, tras examinar al menor, diagnosticó que sufría una gastroenteritis y le mandó reposo, tal y como se detalla en la sentencia de 2015 que acaba condenando a la entonces Consejería de Sanidad.

Como el niño no mejoraba, su madre lo llevó al Perpetuo Socorro, donde «los médicos sospecharon de una posible meningitis», detalla la sentencia. Dado el estado del pequeño, se derivó al Hospital Santa María del Rosell, también en Cartagena, y de ahí al Virgen de la Arrixaca de Murcia, donde se le siguieron haciendo pruebas y se le volvió a mandar al Rosell. «Una neuróloga de la Arrixaca me dijo que tenía toda la sala llena de viejos con ictus y mi hijo les podía contagiar algo», relata la madre de Alejandro.

De nuevo en la ciudad portuaria, «nuevamente se decidió su traslado al Hospital Virgen de la Arrixaca». El niño iba «empeorando de forma progresiva su estado de salud». El 24 de febrero, nueve días después del primer contacto con un médico, Alejandro falleció.

La madre del chico tenía claro que «la deficiente asistencia sanitaria que le fue dispensada» fue lo que mató a su hijo, por lo que acudió a los tribunales. El TSJ determinaba, cuatro años después del óbito, que «sí hubo omisión del tratamiento debido y, por tanto, una infracción de la lex artis y, además, existe nexo causal entre esa inadecuada praxis y el resultado producido», subraya la sentencia, contra la que no cabía recurso alguno.

Ahora, la madre de Alejandro sigue luchando en los tribunales y ha presentado una querella contra quince médicos por homicidio por imprudencia.

El titular del Juzgado Número Ocho la ha admitido a trámite, pues considera que «a priori, la conducta denunciada podría ser constitutiva de delito y, dada la gravedad del resultado producido, la investigación debe completarse».

«Procede, pues, acordar continuar el procedimiento contra todos los querellados, dado que, en este momento, no se puede deslindar la conducta penalmente relevante, sin descartar que todos ellos pudieran haber participado en el resultado producido», dice el juez.

Desde lo que pasó, «no he podido hacer mi vida normal», relata la madre de Alejandro. «Es imposible para mí. Estoy en tratamiento, con un dolor enorme, pero con la fuerza y el coraje de que se haga justicia y de que el Servicio de Salud mejores, porque es un desastre», manifiesta al respecto.

A su hijo lo recuerda como un niño «sano, deportista, que podía haber superado la enfermedad». «Todo fue un error del diagnóstico del médico de cabecera que vino a casa: lo vio en quince segundos, no se paró más con él», denuncia la mujer.