El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, pidió ayer al Gobierno la toma de medidas más «contundentes» de cara a la situación de «extrema sequía» que vive la Comunidad Valenciana y, en concreto, el sur de la provincia de Alicante, y transmitió numerosas protestas de regantes cuyas tierras están «en peligro» debido a esta falta de agua.

Puig se reunió ayer con la ministra Isabel García Tejerina, y con la consejera valenciana en la materia Elena Cebrián.

«Estamos en una situación de sequía y necesitamos medidas mucho más contundentes desde el punto de vista estructural, como la utilización de todas las fuentes posibles o la depuración, es decir, la reutilización del agua, así como la modernización de riegos», explicó Puig.

Así, aseguró que, aunque los regantes han hecho «un gran esfuerzo utilizando de manera más eficiente el agua» y pese a que su comunidad es uno de los territorios «donde más se reutiliza», los valencianos necesitan «ayudas que hagan más efectivo su uso por parte de los agricultores».

La ministra, por su parte, garantizó a Puig, como lo hizo el día anterior a su homólogo murciano, Fernando López Miras, que la desaladora de Torrevieja producirá en los próximos meses 40 hm3 más, hasta llegar a los 80 hm3. No se prevé que sea antes de primavera.

Y desde Castilla-La Mancha, la consejera de Fomento, Agustina García, advirtió al presidente Puig de que no puede pedir una aportación extraordinaria del Tajo al Segura porque «no existe» agua y «los pantanos están en situación alarmante».