Tras pasar gran parte de su vida fuera de su Murcia natal, Antonio Galera (Puebla de Soto, 1940) ha decidido compensar los años de ausencia recopilando las historias y leyendas de la Región que él ha considerado más curiosas y desconocidas para hacerle un regalo a los murcianos. Estos relatos de Historias y leyendas del Reino de Murcia los pueblan hechos documentados, muchos relacionados con el descubrimiento de las patronas de Murcia y Cartagena o sobre una de sus debilidades confesas: el rey Alfonso X el Sabio.

¿Qué le llevó a realizar este libro?

El amor que siento por Murcia ha sido la razón. Por motivos laborales he pasado muchos años fuera de mi tierra, añorándola muchísimo. Al volver me sentía como un turista. Donde otros no veían nada especial y solo se sentían rodeados por la rutina, yo me sentía un privilegiado paseando por Murcia, como si acabara de llegar, descubriendo la ciudad. Tenía ganas de hacerle un homenaje a Murcia para pagar mi ausencia y creo que con este libro pago un poco la deuda.

¿Por qué recurrió a leyendas cuyo origen está en la Edad Media?

Soy licenciado en Teología y doctorado en Historia y mi especialidad es la Edad Media. Es una época que me gusta mucho y no es el primer libro de temática medieval que escribo tras realizar una larga investigación. Antes de este fueron El último secreto de los Caballeros Templarios y Bulario de la Orden del Templo de Salomón, entre otros.

¿Cómo ha llegado a estas historias?

Me ha llevado varios años, dos o tres en total de investigación y consulta de documentos en archivos históricos, tanto de Murcia como de otras ciudades de España y Europa. En la fase de documentación tuve la suerte de poder acceder a zonas que normalmente están cerradas al público o que son de difícil acceso, como por ejemplo el Vaticano secreto. Todas las leyendas que cuento tienen una base histórica y están documentadas. Algunas las he descubierto a raíz de seguir la pista de algunas epístolas entre miembros del clero o de la nobleza de la época, incluso a través de la lectura de fueros y privilegios concedidos por monarcas del momento.

¿Qué impacto tienen estas leyendas en nuestra historia?

Tienen mucho. Gracias a ellas podemos entender cómo perdieron el patronazgo de Murcia y Cartagena las vírgenes de La Arrixaca y el Rosell, cuya historia es muy similar; o descubrir que el Reino de Murcia tuvo momentos de progreso mayores de los que algunos países actuales poseen. Por ejemplo cuando el rey Alfonso X el Sabio, por el que siento una profunda admiración, impuso que las mujeres fueran propietarias al igual que los hombres de los bienes que poseía un matrimonio.

Pero la influencia de estas leyendas también llega hasta nuestros días. El ejemplo claro está en el mercadillo de los jueves en Murcia o en el final de una tradición con décadas de historia en la capital. Las obras del AVE y el levantamiento del muro ponen fin al habitual recorrido de la Virgen de la Fuensanta en romería hacia su santuario. Y con esto, los murcianos tendrán que despedirse del homenaje con una lluvia de pétalos que se le hace a la Morenica en la puerta de la casa de Rita Frutos. Esta tradición comenzó cuando su abuela se postró ante la Virgen para pedirle que sus hijos regresaran vivos de la guerra. Así fue, y desde 1939, ininterrumpidamente hasta ahora, se ha colocado una mesa en la puerta de la casa para que los murcianos le agradezcan sus favores a la Virgen.