La pequeña Razan, de casi tres años, no paraba de llorar durante la travesía que sus padres sufrieron junto a ella en el Mediterráneo. Hoy, la niña sonríe; como sus progenitores, Nadil y Sonea, que están «ilusionados» de estar en España. A través de Mohamed, que hace de intérprete en esta entrevista, cuentan que «ahora podemos ver un futuro mejor que en nuestro país». Esta familia argelina llegó a Cartagena en patera el 28 de octubre tras dos días en el mar. Desde entonces, viven en la Hospitalidad Santa Teresa, una ONG situada en el barrio cartagenero de San Antón.

El 'billete' de este viaje le costó a la familia 600 euros, dinero cobrado directamente por las mafias. «En Argelia es fácil subirse a una patera, con el boca a boca se hace muy accesible montarse en una», sostienen. Tuvieron que compartir una pequeña embarcación con unos treinta hombres, algo que para Nadil y su esposa resultó «violento». En el viaje aseguran que pasaron «mucho miedo», sobre todo cuando se hacía de noche.

«Tenemos miedo y no hay trabajo»

El padre de familia explica que «está habiendo una oleada de pateras porque todo el mundo intenta escapar de nuestro país». Nadil añade al respecto que «la situación política de Argelia es muy inestable, tenemos miedo de lo que va a pasar, puede incluso que ocurra un golpe de estado o una guerra». Además, apunta que «allí no hay trabajo, y es imposible vivir porque se ha disparado el precio de las cosas».

Para ellos, llegar a España ha sido como «salir de la cárcel y encontrar abiertas las puertas de la libertad». Para Nabil, Sonea y Razan España es un paraíso terrenal. Aunque aún no saben hablar castellano, esta familia dice que «estamos muy bien, la gente nos respeta, nos encontramos muy cómodos. España es un país en el que hay paz y nos sentimos muy seguros aquí».

No tienen familia en España, ni conocen a ningún patriota que viva por aquí. Nabil concluye que quiere trabajar en cualquier cosa, pero es consciente de que antes necesita regularizar su situación para «tener papeles».