La nueva sede de la base antártica española Juan Carlos I, ubicada en la isla de Livington, centra la atención de la nueva Campaña Antártida Española 2017-2018, que se inicia el próximo día 24 con la partida del Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) Hespérides al continente helado para llevar a cabo dieciséis proyectos de investigación, la mayoría enfocados a entender el cambio climático y sus consecuencias.

Las obras de remodelación de la nueva base han costado 16 millones de euros, 13 millones financiados por el Ministerio de Economía y otros 3 por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

De esta forma, los integrantes de la campaña antártica de este año podrán estrenar las instalaciones aproximadamente un mes después de su llegada, si bien la base será formalmente inaugurada el año próximo.

La XXXI Campaña Antártica Española, en la que participarán 230 personas (122 son científicos), llevará a cabo 16 proyectos de investigación, dos de ellos a bordo del Hespérides, que también dará apoyo a cinco proyectos internacionales de Alemania, Bélgica, Colombia y Portugal.

Además, el buque ayudará en la puesta en marcha del módulo de almacén en la Base Antártica Gabriel de Castilla, gestionada por el Ejército de Tierra, que también se inaugura en esta campaña, que parte el día citado desde el Arsenal Militar de Cartagena y que fija la apertura de las bases españolas en el continente helado para el 2 de enero de 2018. El cierre de las instalaciones está previsto para el 19 de marzo de 2018.

El Hespérides estrena base

El Hespérides estrena base

Andrés Barbosa, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales y coordinador de esta campaña científica ha explicado que los proyectos científicos pretenden comprender las características atmosféricas de la Antártida, estudiar la variación de las capas de hielo y del nivel del mar, analizar la geología terrestre, estudiar la capacidad adaptativa y evolutiva de los organismos antárticos, entender el efecto antropogénico de la Antártida y sentar las bases de las futuras medidas de conservación.

PARTICIPANTES

De esta forma, los 16 proyectos de investigación serán desarrollados por el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, el Instituto Geológico y Minero de España, el Instituto de Diagnóstico Ambiental y de Estudios del Agua, el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, el Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) y el Instituto Hidrográfico de La Marina.

Asimismo, debido al carácter científico y divulgativo de los proyectos, también formarán parte de estas investigaciones la Universitat Ramón Llull, la Universidad de Alcalá de Henares, la Politécnica de Madrid, la Autónoma de Madrid, la Complutense de Madrid, la de Oviedo, la de Granada y la Universitat de Barcelona.

«La Antártida es un laboratorio natural debido a la ausencia de huella humana. Debido a su aislamiento, este observatorio privilegiado permite estudiar procesos geológicos, biológicos, oceanográficos y atmosféricos, que son críticos para el conocimiento del sistema global», ha indicado Barbosa.

La campaña se lleva a cabo desde diversos departamentos españoles. Así, las entidades participantes en estas actividades son la Unidad de Tecnología Marina del CSIC, que gestiona la Base Antártica Española Juan Carlos I en la Isla Livingston y coordina la logística general de la campaña antártica; el Ejército de Tierra, que gestiona la Base Antártica Española Gabriel de Castilla en la Isla Decepción; y la Armada, que opera el BIO Hespérides.

El futuro llega a la Antártida

El futuro ha llegado a la Antártida. La nueva estación de investigación puesta en marcha por el Gobierno español en el continente helado cuenta con los mejores avances para llevar a cabo investigaciones en condiciones climatológicas adversas, como las que se presentan en esta zona del planeta. Así, la Base Antártica Española (BAE) Juan Carlos I, ubicada en la isla Livingston, contará con un total de 52 profesionales que estudiarán desde la sismicidad, hasta la vida de los pingüinos, pasando por el cambio climático o la contaminación.

Según ha desvelado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) la nueva sede comenzará a funcionar en la próxima campaña, que se inicia con la partida del Hespérides el día 24 de este mes, y cuenta con 2.000 metros cuadrados habitables, 600 de laboratorios y 1.500 de almacenamiento. Asimismo, el módulo habitable está dividido en tres: uno de ellos contiene la enfermería, la cocina, la despensa, las cámaras frigoríficas, el salón-comedor, el gimnasio y los despachos, y los otros dos están ocupados por dormitorios y baños.

Según ha recordado el organismo, el origen de la base del CSIC se remonta a 1988. En un primer momento, la instalación del CSIC podía alojar a 12 personas, una cifra que aumentó 25 años después con la instalación de nuevos módulos.