El consorcio Costa Cálida de la Región de Murcia ha preparado un compendio que recoge las paradas más «lúgubres, malditas y tenebrosas» que esconde la comunidad, que pretenden servir de «advertencia» o de «invitación» si se «tiene el deseo de cabalgar en libertad junto a hordas de fantasmas burlones e impías abominaciones».

Antiguo sanatorio de tuberculosos de Sierra Espuña. «Encender las sirenas y tener a mano el equipo de protones es el mejor consejo si se tiene pensado ir a este lugar», advierte el consorcio, que señala que el pasado de este emplazamiento como hospital de pacientes terminales en un lugar apartado y rodeado de bosques, hacen de este «uno de los sitios de la Región más frecuentados por cazadores de psicofonías y seres ectoplasmáticos».

Aunque debido al mal estado del edificio no se puede entrar en su interior, «las extrañas sombras reflejadas en las fotos, puertas y ventanas que se cierran sin explicación y bandadas de murciélagos que van y vienen pondrán a prueba el valor del visitante».

La Casa Cayitas, de Alcantarilla, es otro de los lugares con un pasado «más espeluznante» de la Región, tal y como señala Costa Cálida. Un escudo con la cruz, la espada y el laurel anuncia que «aquí estuvo instalado durante los siglos XVII y XVIII el Tribunal Comarcal de La Inquisición». «Aún hoy se conservan las mazmorras del subsuelo donde se encerraba a los condenados» y, en la actualidad, «se encuentra ubicado el Archivo Municipal y se usa también como sala de exposiciones».

El Castillo de la Concepción de Cartagena, también es otro de los lugares destacados por el consorcio. Actualmente, sus paredes acogen «el Centro de Interpretación de la Historia de Cartagena y guardan otro terrible secreto».

«Al parecer, en sus muros, una dama fue emparedada viva por su marido, un noble italiano que no pudo soportar que su amor no fuera correspondido» y «hay quienes confiesan haber visto apariciones nocturnas de la desdichada».

El Monte Arabí es otro de los lugares clave para los amantes del misterio, ya que son muchas las personas que han percibido un «campo energético especial». Antiguos pobladores eligieron estas montañas para hacer rituales y también se han avistado esferas luminosas en la zona y apariciones de figuras femeninas con túnicas luminiscentes.

La leyenda más popular de esta parte de Yecla es la de la Cueva de los Tesoros. Según parece, tras un laberinto de estrechos pasadizos, se llega a una puerta custodiada por dos vigilantes armados tras la cual espera un magnífico tesoro, destacan las mismas fuentes.

El Teatro Romea también impregna la capital de la Región de ese halo misterioso. Y es que el edificio dispone de su propia maldición, originada tras la expropiación de los terrenos a los frailes de Santo Domingo. Ellos vaticinaron tres incendios, habiendo sufrido el inmueble dos hasta el momento.

El Salto del Usero, en Bullas, es el escenario en el que, según cuentan, «el espectro de una mora revive su drama una y otra vez, ahogándose en esta poza por amor a un cristiano».

En la mágica noche de San Juan se celebra la tradicional 'Bajada de la Mora', congregando a cientos de personas que al filo de la medianoche se reúnen en torno a este espacio mágico.

Junto al río Benamor en Moratalla, también en la noche de San Juan, dicen que se aparece el espíritu de la princesa Ordelina, condenada a vagar por toda la eternidad por romper su promesa de matrimonio con el noble Sigiberto y casarse con Hiliberto, rival de aquel.

En Barranda existe la leyenda de la Encantada de la Tosquilla, una muchacha joven, pálida y con los ojos brillantes que solo puede ser desencantada si se tiene la paciencia de devanar completamente una hila de lana de color rojo que siempre aparece junto a ella.

El túnel de José Maestre, en Portmán, es un antiguo pasadizo de dos kilómetros que sirvió en los 80 para el desplazamiento de minerales. En la actualidad, todavía permanecen los armazones de las locomotoras y de los viejos vagones.

Costa Cálida resalta otros lugares encantados como el Castillo de Benizar, la Catedral de Cartagena, las antiguas instalaciones militares del Carmolí, Caravaca y sus templarios, entre otros.