La postura de Podemos durante la crisis catalana puede pasarle factura a la formación morada, cuyo electorado de fuera de Cataluña difícilmente entiende los coqueteos de algunos dirigentes con los independentistas, hacia los que el partido de Pablo Iglesias ha mostrado cierta comprensión frente a la dura con la que se han empleado con el Estado en sus actuaciones para frenar el desafío separatista.

Pero el secretario general de Podemos en la Región, Óscar Urralburu, ha dicho basta. La gota que colmó el vaso fue el comunicado que lanzó el pasado domingo la corriente Anticapitalistas, que ya intentó moverle la silla a Urralburu en la Región, apoyando la declaración unilateral de independencia que votó el Parlament el pasado viernes. «El comunicado de Anticapitalistas sobre Catalunya y el reconocimiento de la DUI los coloca fuera de Podemos. En nuestro proyecto no cabe esto», señaló en la red social Twitter el portavoz de Podemos en la Asamblea Regional, en un tuit que fue compartido por más de 500 usuarios, entre ellos la portavoz en el Congreso de los Diputados, Irene Montero. Fue el dirigente de la formación morada que más contundente se mostró. Contaba con el apoyo de la dirección estatal del partido, que poco después se desmarcaba de su organización en Cataluña, donde dirigentes como Albano Dante Fachín y Angels Castells aceptan de facto la República Catalana.

Urralburu defiende la posición oficial de Podemos de proponer un referéndum pactado como solución al conflicto. La pasada semana, también a través de Twitter, censuraba las críticas que Bescansa había lanzado hacia la dirección estatal. Ahora Podemos trata de reconducir su postura sobre Cataluña, ante el riesgo de que pueda ser letal electoralmente en territorios como Murcia.