«Saquemos el plomo de nuestro fondo marino». Ese es el llamamiento que hace la Asociación murciana Hippocampus y que espera contar con la respuesta de miles de buceadores de dentro y fuera de la Región de Murcia.

El proyecto, que financia Mahe, una empresa de recogida selectiva y gestión de residuos con sede en Lorquí, nace de la observación de los miembros de esta asociación, tras las habituales inmersiones que realizan en el Mar Menor y en el resto de la costa murciana, con las que han constatado la gran cantidad de plomo desechado de la pesca deportiva que se queda en el fondo.

«Si este plomo se enroca se queda de por vida en el fondo marino y termina pasando a la cadena trófica», comenta José Luis Alcaide, coordinador del proyecto Plumbum y miembro de Hippocampus.

Estos residuos sólo pueden extraerse a mano, y debido a que al año en las costas murcianas practican buceo unas 35.000 personas, desde la Asociación se pensó pedir su colaboración y la de los centros de buceo para conseguirlo. Ya se ha adherido la Federación Regional de Actividades Subacuáticas y varios clubes.

El proyecto se puso en marcha hace tres meses, con la intención de alargarlo un año. «Aunque nos falta por tener los datos de todos los centros que participan, hasta el momento hemos recogido cien kilos», añade Alcaide, explicando que depende del lugar donde se produzcan las inmersiones en un día se pueden sacar 10 o 30 kilos.

En ocasiones, se organizan inmersiones puntuales para la recogida de estos residuos allí donde se sabe que hay más afluencia de este tipo de pescadores. La asociación entrega a los clubes de buceo colaboradores un contenedor para los plomos, y luego la empresa Mahe se encarga de recogerlos. Y estima que la Asociación Hippocampus ha estimado que un solo buzo podría recolectar sin esfuerzo al menos 10 kilos al año. «Este tipo de acciones contribuyen a la buena calidad de nuestras aguas, y al fomento del turismo y bienestar de la Región; y permiten que todos podamos disfrutar del medioambiente».

Alcaide, que tiene noticias de que se va a llevar a cabo en otras costas españolas, apunta que también tienen previsto extraer de los fondos marinos las líneas plomadas de redes abandonadas que en ocasiones han encontrado fondeadas o a la deriva.

El coordinador del proyecto se congratula de que la empresa, además, de financiarlo, les abone una cantidad por los plomos recogidos, lo que les va a permitir seguir financiando sus estudios y actividades de conservación del Mar Menor en general y del caballito de mar en particular.

La asociación surgió en el año 2007 a partir del Proyecto Hippocampus, incluido en el Programa de Acción del Voluntariado Ambiental de la Región de Murcia.

Claves de la iniciativa

  • Se introduce en la cadena alimentaria o trófica. El plomo es un mental pesado que en contacto con las sales se sulfata y cambia sus propiedades químicas. «Y esas sales llegan a las algas, que, a su vez, ingieren peces y crustáceos y acaban en nuestro cuerpo», relata Alcaide.
  • El plomo afecta al sistema nervioso humano. El plomo tiene una propiedad como agente tóxico y en los humanos, produce una enfermedad denominada ´saturnismo´, que afecta al sistema nervioso y también puede provocar locura o sordera. En los animales se conoce como ´plumbismo´.
  • Retirar las piezas y promover su reciclaje. Tres son los principales objetivos del Proyecto Plumbum: retirar el plomo mermando el daño ambiental; promover su reciclaje y su vuelta al ciclo productivo; y mostrar un ejemplo de la responsabilidad social corporativa con la empresa Mahe.
  • El ´barrido´ se realiza en el Mar Menor y en el litoral murciano. El proyecto ha nacido y se desarrolla en la Región de Murcia, tanto en el Mar Menor como en el litoral Mediterráneo, particularmente en zonas habituales de pesca litoral con lance o caña. Pero la iniciativa ha trascendido a otras zonas españolas.
  • Inmersiones de una hora, con cuatro parejas. El proyecto contempla una serie de inmersiones, de una hora cada una, en la que participan, al menos cuatro parejas de buzos de la Asociación, apoyados por dos personas en tierra. Llevan bolsas, boyas, y otros materiales necesarios.
  • Por ahora, más de cien kilos contabilizados. Esta iniciativa está en marcha desde hace tres meses, y hasta ahora se tiene registrada la recuperación de unos cien kilos de piezas, «pero no todos los clubes de buceo que participan nos han enviado sus datos, con lo que puede haber más», dice Alcaide.

Mar Menor Sin buscar caballitos desde agosto

La Asociación Hippocampus está ligada desde sus inicios al Mar Menor y al estudio del caballito de mar y de su población. No es por tanto extraño ver a sus buzos bajar a los fondos en busca de esta especie en «extremo peligro de extinción». Sin embargo, desde el pasado mes de agosto les ha sido imposible sumergirse en las aguas de este ecosistema único. «Hay tanta turbidez, tanta falta de visibilidad, que es imposible ver nada, y por tanto no podemos saber cómo les está afectando la contaminación» de la laguna.