La Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca publicó la pasada semana en el Boletín Oficial de la Región (BORM) una orden sobre medidas fitosanitarias a adoptar en caso de acumulación de restos vegetales durante todo el ciclo de cultivo, según indicaron fuentes regionales en una nota de prensa.

La norma declara la quema controlada de restos vegetales procedentes de la poda u otras operaciones de cultivo generados en la propia explotación como medida fitosanitaria para evitar la propagación de plagas, reducir su población, mitigar sus efectos o conseguir la erradicación de los organismos nocivos.

Con esta medida, el Gobierno regional establece como necesaria dentro de la actividad agraria la quema controlada de restos vegetales y agiliza el trámite para su ejecución, el cual dependerá directamente de las medidas o exigencias que establezcan las corporaciones locales.

Asimismo, se evita el tener que solicitar de manera individualizada por parte de los agricultores una solicitud a la Administración regional para recibir una autorización sobre la existencia de un riesgo fitosanitario en su parcela.

Salicornio

En los cereales solo se permitirá la quema de las hierbas adventicias (salicornio), siempre que esta se lleve a cabo a lo largo del mes de octubre y sin que haya presencia alguna de rastrojo en la parcela. Queda prohibida la quema de rastrojos.

Determinadas plagas de los cultivos, denominadas de sequía, se refugian en los restos del material vegetal generado en la propia explotación, constituyendo un reservorio para organismos nocivos que pueden extenderse a las parcelas vecinas. Esta situación, que se da especialmente en los climas áridos, como el de la Región, puede alcanzar una mayor magnitud en las épocas de sequía y ocasionar en algunos cultivos importantes pérdidas, que pueden concluir con la muerte de las plantas.

Entre las medidas fitosanitarias de buenas prácticas agrícolas para conseguir una gestión integrada de plagas, recogidas en la legislación estatal para el control de los organismos nocivos que se desarrollan en los restos vegetales, figuran la valorización de los mencionados restos por un gestor autorizado, su incorporación al suelo mediante triturado o picado previo, y la quema controlada.

Hasta la fecha, en la Región de Murcia el número de empresas autorizadas para la gestión adecuada de los restos de poda y otros materiales vegetales generados en las explotaciones agrícolas es muy escaso.

Maquinarias de alto coste

La incorporación de estos restos vegetales al suelo mediante el picado o triturado precisa de una maquinaria de elevado coste y que las explotaciones agrícolas estén configuradas para el acceso de las mismas, por lo que esta solución resulta inviable para muchos agricultores de la Región de Murcia.

Asimismo, la incorporación continuada de restos vegetales al suelo en las condiciones climáticas de la Región, de baja humedad, dificulta su degradación y transformación en materia orgánica, ocasionando la proliferación y diseminación de determinados organismos nocivos, como son las enfermedades de madera. También sirven de refugio a las poblaciones invernantes de barrenillos y cochinillas.

Ante estas circunstancias, y debido a la contrastada presencia de un riesgo fitosanitario para las plantaciones vecinas, resulta necesario en muchos cultivos realizar una quema controlada de los restos vegetales generados en la explotación; medida que incluso podría establecerse como obligatoria por la Administración para el control de algunos organismos nocivos de cuarentena, al ser la única técnicamente viable.