­La Autovía A-33 (Blanca-Fuente la Higuera) es una infraestructura estratégica para la Región de Murcia porque constituirá una pieza fundamental para mejorar las comunicaciones por el interior con la Comunidad Valenciana. Supondrá abrir un nuevo itinerario que permitirá recorrer en dos horas los 230 kilómetros que separan las ciudades de Murcia y Valencia.

Es, además, una infraestructura esencial para abrir la comarca del Altiplano y romper su aislamiento con el resto de la Región, al reducir en media hora los tiempos de desplazamiento entre la capital y Yecla. Y también para ampliar las relaciones comerciales, especialmente de la industria del mueble y textil y del comercio, y el intercambio de servicios y productos.

Esta autovía, que supondrá una inversión total del Estado de 540 millones de euros, es una de las infraestructuras viarias más importantes que se ha ido configurando en los últimos años y resulta clave para agilizar los viajes de largo y medio recorrido en el nudo de comunicaciones viarias norte-sur de la comarca del Altiplano. Una de sus principales ventajas es que permite optimizar los tiempos de recorrido y las cargas de tráfico de la circunvalación, facilitando la conexión entre autovías y carreteras que confluyen en la red viaria. Además, los tramos que ya están abiertos canalizan la mayor parte del tráfico pesado con origen o destino a Murcia.

Noventa kilómetros de autovía

Su trazado completo entre Blanca y Fuente la Higuera será de 90 kilómetros de longitud, de los que 60 discurren íntegramente por la Región de Murcia, para conectar de una forma más rápida y segura los municipios del Altiplano con el resto de la Región y el conjunto de la misma con la Comunidad Valenciana.

Su construcción está muy avanzada, y en la actualidad los vehículos pueden circular por 59 kilómetros de la autovía, un 65 por ciento del total de la vía. La mayor parte del trazado abierto al tráfico está en la Región de Murcia, con 54 kilómetros operativos entre Blanca y Yecla, mientras que los otros 5 kilómetros corresponden a la variante de Fuente la Higuera.

Casi terminado el trazado en la Región

La autovía comenzó a ser una realidad con la apertura de dos de sus tramos entre Blanca-Abarán y Abarán-Jumilla, con un trazado de 30,7 kilómetros, que se conectan con otros tres corredores fundamentales para la Región: la autovía A-31 (Albacete-Alicante), la autovía A-30 (Albacete-Murcia-Cartagena) y la autovía A-35 (Almansa-Xátiva).

Este año se ha dado un fuerte impulso a la culminación de la autovía con la apertura este mes de octubre del tramo entre Jumilla y Yecla, lo que ha permitido acortar las obras en casi un año. Este trazado de 23,4 kilómetros de longitud es muy importante para mejorar las comunicaciones en la Región, especialmente en la zona del Altiplano.

La continuación de la autovía desde Yecla hasta Caudete (Albacete) cuenta ya con los proyectos redactados y aprobados y saldrá a licitación el próximo año, con una inversión de 140 millones de euros. Este ramal es el único que queda pendiente para culminar las obras de la autovía en el territorio de la Región de Murcia.

El resto de las obras se encuentran en plena ejecución en el enclave que une las provincias de Valencia, Alicante y Albacete. En concreto, en el tramo de la A-33 que unirá las autovías A-31 (Albacete-Alicante), a la altura de Caudete (Albacete), y A-35 (Almansa-Játiva), al nordeste de la Fuente la Higuera, se ha puesto en servicio la variante de Fuente la Higuera, con 5 kilómetros, del total de 12,6 con que cuenta.

Además, se adjudicarán en breve las obras de los 7 kilómetros de la circunvalación de Caudete, que salió a licitación con un presupuesto de 60,95 millones de euros. Este proyecto incluye tres enlaces: con la N-344, con Caudete y con el ramal de enlace con la A-31, al final del recorrido.