La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, no tiene muy contentos a los regantes de la Región. En una entrevista para la Cadena Cope, afirmó ayer que, debido a la sequía y si ésta continúa, «tendría que haber mayores restricciones de agua en la agricultura» con el fin de que a la población no le faltara el suministro.

«Hoy hablamos de asegurar el abastecimiento humano y se nos pide un esfuerzo a los agricultores, pero esto ocurre porque estamos a trasvase cero del Tajo y porque faltan trasvases» y porque no se han solucionado estos problemas hace años. «Es un ejercicio de irresponsabilidad supina y hoy vamos a pagar las consecuencias nosotros».

Así contestó ayer Lucas Jiménez, presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Scrats, a las palabras de la ministra y al anuncio de la CHS de reducir los caudales para riego en la cuenca.

Jiménez consideró que hablar de reducción de riqueza en un país que está saliendo de la crisis para que no se corte el agua del grifo, no era de recibo y era consecuencia de la falta de medidas correctoras previas durante años.

Y consideró «muy serio» que no esté garantizado el consumo en el futuro, dejando claro que se ha comprobado que la desalación no suple las necesidades de agua de esta cuenca.

Tras subrayar que «el año pinta muy mal», en cuanto a lluvias, y que la situación podría empeorar, Lucas Jiménez señaló que se imponía asegurar el agua del Tajo y traer más agua de otras cuencas «para que no nos vuelva a pasar lo mismo otro año».

En estos momentos hay «muchas» comunidades de regantes sin dotación de agua y que dependen de agua de depuradoras o de acuíferos. «Pero ya hay fincas importantes de productos hortícolas que no tienen cupo de agua y que están sin regar», comentó, aunque dijo que no tenía datos sobre la cantidad exacta o porcentajes de terrenos sin regar.

Jiménez también se refirió a otras declaraciones de la ministra Tejerina, en las que había manifestado que, por la falta de agua, los agricultores iban a tener que reducir las superficies cultivables. «Va a ser inevitable si no viene agua, porque a día de hoy y en pleno siglo XXI, con la cantidad de agua que ha discurrido estos años por España, seguimos pendientes de la lluvia», dijo, y criticó que las precipitaciones fueran «la única solución» de la administración «a este tipo de males».

El presidente de los regantes del Trasvase no supo aventurar en qué porcentaje se verían disminuidas las producciones en las próximas campañas: «Serán totales si no hay agua». Y recordó la estimación que se ha venido haciendo de que unos 44 millones de árboles dependen del regadío en el Levante español. «Y están en serio riesgo de desaparición, además de los cultivos hortícolas y todo el sector agroalimentario, tan importante que se ha creado estos años», destacó.