La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) va a cerrar a cal y canto las acequias de las tres Vegas y los huertanos no podrán regar desde el 1 de noviembre al 15 de enero. Salvo que justifiquen muy bien que lo necesitan.

Sólo se desembalsará agua de los pantanos de la cuenca para atender las necesidades del abastecimiento de las poblaciones, «que es absolutamente prioritario», y para caudal ecológico.

Esa es una de las medidas principales aprobadas ayer durante la Junta de Gobierno de la CHS, la primera del nuevo año hidrológico, y que salieron adelante gracias al voto de calidad del presidente, Miguel Ángel Ródenas. Los huertanos de las tres vegas (murcianos y alicantinos), los gobiernos de Murcia y Valencia, y los ayuntamientos votaron en contra.

Esta Junta está compuesta por representantes de la Administración General del Estado, las comunidades autónomas y los usuarios. Los regantes del Trasvase Tajo-Segura votaron también en contra de la drástica medida «por solidaridad».

Cada comunidad de regantes de la huerta, además, tiene que presentar el informe justificando la necesidad de recibir agua, y cuánta, antes del 1 de noviembre.

El presidente Ródenas, antes de comenzar la reunión, explicó en su encuentro con los medios de comunicación, que iba a proponer aplicar medidas para ahorrar agua en la huerta, indicando que habría restricciones de caudales para regadío de hasta el 49 por ciento; excepto para los cultivos anteriores a 1933, a los que se les aplicaría sólo el 38 por ciento.

El tercer año de sequía y la situación de los embalses de la cuenca, que se encuentran al 13% de su capacidad (sólo almacenan 155 hm3), es la principal causa de estos recortes a los huertanos.

De hecho, el presidente del organismo de cuenca se mostró especialmente preocupado porque las reservas se redujeron en 90 hectómetros cúbicos durante los últimos doce meses; y porque los pantanos de cabecera se encuentren al 6% de capacidad. «No nos favorece nada tener sólo 50 hm3 almacenados en la cabecera», subrayó Miguel Ángel Ródenas.

El presidente argumentó la propuesta de estas medidas restrictivas indicando que «debemos hacer un estricto control de los desembalses y un uso responsable de los recursos que tenemos para ahorrar esas cantidades», a la espera de que llueva y cambie la situación. «Vamos al día a día».

El hecho de que en esta época y en invierno los cultivos de arbolado necesiten menos agua permite ahorrar caudales, dijo, añadiendo que así se tendrá más agua para primavera y verano.

"Una decisión extrema"

El consejero de Agricultura de Murcia, y vicepresidente de la Junta de Gobierno de la CHS, Francisco Jódar, por su parte, indicó antes de entrar a la reunión que la preocupación del Gobierno regional por la sequía y la falta de agua era «extrema».

«Somos partidarios de hacer un uso racional del agua ante las incertidumbres meteorológicas, porque recursos quedan muy pocos», apuntó. En este sentido, recordó que, además de no recibir agua del Trasvase del Tajo, los pozos de sequía que estaban en marcha tienen una capacidad limitada.

Pese a que dijo entender la puesta en marcha de esas restricciones hasta que lloviera, el consejero apuntó que era una decisión «extrema y rígida» y que debía aplicarse «con mucho cuidado».

Por ello, y tras mantener reuniones con los regantes y con el presidente de la CHS tras tener conocimiento de esa propuesta, el consejero había intentado llegar a una solución con la que todos pudieran estar de acuerdo. Lo que finalmente no logró, por lo que votó en contra de las medidas de la Confederación.

Entre las matizaciones que Jódar puso sobre la mesa figuraba que el agua fuera administrada por la Confederación pero con el acuerdo previo de los regantes.

Por último, el consejero dijo que se debía llegar a un acuerdo con los agricultores para decidir a qué cultivos se iba a destinar el poco agua que se tenía; ver cuáles podían tener más necesidad.

«En estos momentos se impone la colaboración de todos, dado lo extremo de la situación», concluyó.