La Consejería de Educación, Juventud y Deportes, en colaboración con la de Empleo, Universidades y Empresa, trabajan en un paquete de medidas dirigidas a potenciar en el alumnado las vocaciones científico-técnicas y de investigación. Una de las primeras es la ampliación de la oferta en Bachillerato de Investigación este curso, que ya se oferta en un total de 21 centros y llegará a casi 1.000 estudiantes, según explicó ayer la consejera de Educación, Juventud y Deportes, Adela Martínez-Cachá.

La Comunidad apuesta por el Bachillerato de Investigación como formación de excelencia, motivo por el que aumenta su oferta cada año. «La Región ha sido la primera comunidad en desarrollar esta especialidad, y sus buenos resultados han hecho que otras comunidades apuesten también por ella», resaltó la consejera, quien subrayó la «importancia de despertar vocaciones científico-técnicas, ya que la investigación y las nuevas tecnologías actúan como motores de la economía».

La detección de estas capacidades en el alumnado y su orientación hacia un bachillerato de excelencia, con la realización posterior de titulaciones universitarias de carácter científico-técnico, constituyen un impulso de la empleabilidad, según Educación.

La modalidad de Investigación, que se implantó en la Región hace una década de forma experimental, está concebida como un programa, ideado para alumnos de alto rendimiento que, además, tienen vocación científica e investigadora.

Asignaturas extra

Los estudiantes asumen una carga lectiva más exigente que sus compañeros en los dos cursos de Bachillerato, y, a las 30 horas de clase que reciben todos, añaden entre dos y cuatro, dependiendo del curso. Los alumnos cursan además una asignatura extra cada curso (Investigación Aplicada en primero y Proyecto de Investigación en el último curso).

Los institutos que imparten Bachillerato de Investigación reciben recursos extra por parte de la Administración regional, como la dotación adicional de dos profesores por cada 30 alumnos matriculados en la modalidad. Ese refuerzo permite, por ejemplo, desdoblar (dividir en dos grupos) las sesiones de laboratorio.