El Mar Menor necesita borrascas y episodios de cambio en las presiones atmosféricas para que sus aguas se renueven adecuadamente. Así lo explicó el investigador de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) Francisco López Castejón, que advirtió de los peligros que encerraría un invierno estable y caluroso para la recuperación del Mar Menor.

«Un invierno estable, sin cambios de presión atmosférica que alteren el nivel del Mediterráneo y sin vientos que distribuyan el agua que accede al Mar Menor, sería muy perjudicial para la regeneración del ecosistema», afirmó López Castejón en su ponencia 'Hidrodinámica del Mar Menor y su relación con el Mediterráneo', enmarcada en la jornada sobre los factores que influyen en el estado de la laguna que organizó la Cátedra de Agricultura Sostenible en la Politécnica.

El investigador de la UPCT explicó que tanto la presión atmosférica como el viento son los dos factores fundamentales que explican la renovación del agua del Mar Menor, por lo que, de no existir fluctuaciones en estos dos elementos, la recuperación de la laguna salada sería más complicada.

López afirmó durante su ponencia que para conocer por completo el funcionamiento del Mar Menor es necesario entender a su vez el Mar Mediterráneo, debido al intercambio de agua existente entre ambos mares.

En su tesis doctoral, el investigador de la Politécnica demostró el positivo impacto para la laguna salada de los episodios de fuertes vientos del invierno pasado. «Es fundamental en la tasa de renovación del agua, esto es, el porcentaje de agua que se renueva en un periodo de tiempo».

El investigador, bajo la dirección de Javier Gilabert, caracterizó la hidrodinámica del Mar Menor aportando un modelo de los sistemas de corrientes y del mecanismo de intercambio de agua a través de los canales del Estacio, Marchamalo y Las Encañizadas. «Según nuestro estudio, un 28% de la variación del nivel del mar se debe a la presión atmosférica». afirmó López Castejón.

«La hidrodinámica del Mar Menor es muy compleja, siendo el tiempo que tarda en renovarse el agua muy variante según miremos la superficie, la zona media o el fondo del mar», añadió el investigador.

López Castejón también explicó que «cualquier decisión que se tome tiene efectos. Por poner un ejemplo, en las Encañizadas, cualquier actuación cambia las tasas de renovación del agua».

Tanto López como su tutor en la tesis doctoral, Javier Gilabert, creen necesario que, para valorar el estado actual de los canales y comprobar su evolución, se debería realizar un estudio pormenorizado de Las Encañizadas como la que realizaron en 2011 estos investigadores de la UPCT.

Se necesitan medidas urgentes

Por su parte, Ángel Pérez Ruzafa, catedrático de Ecología de la Universidad de Murcia advirtió de la necesidad de establecer medidas urgentes, como un plan de gestión de las aguas que se utilizan en el Mar Menor y de regular los vertidos. «La vigilancia de los vertidos es necesaria, pero también debemos anticiparnos», afirmó Ruzafa. Y en este sentido añadí a que «es necesario tomar conciencia del problema y establecer un plan estratégico coordinando todas las actuaciones».

Los asistentes a la jornada sobre el actual estado de la laguna salada coincidieron en la necesidad de tener claro que Mar Menor queremos.«Debemos tener en cuenta que es un ecosistema vivo. El problema no puede simplificarse», finalizó Ruzafa.