Los insultos, amenazas y los actos vandálicos de los últimos días en las protestas por las obras del AVE en Santiago El Mayor está pasando factura a los trabajadores de la empresa Aldesa, adjudicataria de las obras de Adif para la llegada de la Alta Velocidad. «El personal está muy asustado por los últimos incidentes y nosotros tenemos que velar por mantener la seguridad en los trabajos», indicaron ayer fuentes de la compañía a LA OPINIÓN, quienes subrayan que «nosotros no tenemos nada que ver con el conflicto, ni social, ni político, sólo somos la empresa intermediaria que está realizando las obras».

El pasado martes los trabajadores tuvieron que ser escoltados por cerca de medio centenar de agentes de la Policía Nacional para poder colocar las pantallas de metacrilato en el 'muro' que separará la vía provisional por la que llegará el AVE de las viviendas y comercios. Trabajadores que fueron insultados por los vecinos concentrados durante la mañana y a los que algunos radicales llegaron a lanzar piedras, impidiéndoles bajar del camión los zócalos de hormigón para finalizar la tarea. La pantalla fue finalmente devastada durante los actos vandálicos de la noche del martes por más de un centenar de radicales que se mezclaron con los vecinos durante la protesta pro soterramiento.

Desde Aldesa afirman que serguirán adelante con la obra, «queremos hacerla porque es nuestro trabajo», subrayan las mismas fuentes, que recuerdan que llevan muchos años haciendo obras por todo el mundo y «nunca nos había sucedido nada igual a lo que está pasando en Murcia», a pesar de ejecutar más de 1.200 kilómetros de vías.

El propio responsable de Obra Civil de Aldesa, Guillermo Rey, ha reconocido durante una entrevista en radio que no les gusta verse en «este escenario», ya que ellos quieren cumplir el contrato que tienen con Adif para ejecutar una obra que consiste, principalmente, en el soterramiento de las vías a la entrada a la ciudad de Murcia, ha resaltado. «Las obras iban a buen ritmo, pero se han visto frenadas por esta situación de violencia», lamentó.

La empresa, según dice, está preocupada sobre todo «por la seguridad de sus trabajadores», que es algo que, «en este momento, hemos visto en peligro», y valoró que los actos que se están viviendo en los últimos días «no son manifestaciones ni vandalismo, es violencia». Por ello no descarta «nada». «Si esto sigue de forma reiterada nos preocupa la seguridad de nuestros trabajadores», en primer lugar, pero también tendrían que hacer frente a grandes «sobrecostes que se están produciendo».

El abandonar la obra supondría alargar plazos, porque habría que rescindir contrato con la actual adjudicataria y, posteriormente, habría que volver a aprobar proyectos, licitar y adjudicar las obras de soterramiento, lo que lo alargaría varios años más.

«Unos muchachos valientes»

Los incidentes ocurridos en la noche del martes han sido 'aplaudidos' por muchos vecinos en las redes sociales, quienes consideran que «es la única forma de lograr nuestro objetivo» y llegan a calificar a los ultras como «unos muchachos muy valientes». Algunos de ellos incluso se pronuncian a favor de los radicales que actuaron quemando contenedores y lanzando vallas a las vías del tren y señala que hubo un acuerdo entre los asistentes para evitar que fueran identificados: «Anoche todos hicimos un compromiso y no grabamos los disturbios mientras los 'activos' se tapaban las caras. Ten en cuenta que esta gente se juega un proceso legal con su consecuente multa».

Pese a las muestras de apoyo, la Plataforma ProSoterramiento ha hecho pública su condena a los altercados y al uso de la violencia. Su portavoz, Joaquín Contreras, hizo un llamamiento tras los enfrentamientos a manifestarse de forma pacífica para evitar incidentes.