El expresidente de la Comunidad Autónoma Pedro Antonio Sánchez ha dejado su escaño en la Asamblea Regional y la presidencia del Partido Popular murciano antes de verse obligado a marcharse por la fuerza cuando los casos Auditorio y Púnica lleguen a juicio. Tal y como había adelantado La Opinión este domingo, el anterior jefe del Ejecutivo regional prefería evitar una marcha forzada por el banquillo y ayer entregó su acta de diputado y su renuncia como máximo responsable del PP, según informaba oficialmente el partido. «Creo que hago lo mejor para todos», aseguraba el expresidente en la carta de despedida que ha dirigido a los militantes populares a través de las redes sociales. Su aspiración tras dejar la política es marcharse fuera de España.

«Ahora toca mirar hacia delante, abrir una nueva etapa y continuar conquistando nuevos retos», añadía, al tiempo que agradecía el apoyo recibido y pedía la adhesión de los afiliados «en la defensa de los principios, valores e ideales que nos unen, en un proyecto político que garantiza el progreso y la prosperidad de las personas que convivimos en esta tierra», apuntaba en su misiva.

Ponía fin así a una carrera política iniciada a los 14 años, que le llevó a la Dirección General de Juventud, la alcaldía de Puerto Lumbreras, la Consejería de Educación y el sillón del Palacio de San Esteban, que abandonó a principios de abril para evitar la moción de censura.

Después de haber sido considerado durante más de una década el ´delfín´ oficial del anterior presidente del Partido Popular, Ramón Luis Valcárcel, Pedro Antonio Sánchez apenas si ha podido estar al frente del PP siete meses, mientras que en la Comunidad Autónoma no ha llegado a permanecer ni dos años.

En un lacónico comunicado el Partido Popular informaba ayer a primera hora de la mañana de la decisión adoptada por el expresidente y mostraba su respeto a la elección de Pedro Antonio Sánchez. El PP apuntaba que demuestra «una vez más su categoría política» al «anteponer el interés de la Región de Murcia por encima de todo».

También la dirección nacional del partido hizo público un comunicado el pasado lunes para negar que Génova le hubiese pedido su renuncia, aunque el protagonismo que llegó a adquirir Sánchez en la política nacional no le dejaba otra salida, de igual forma que le ocurrió en primavera, cuando la oposición en el Congreso exigió su cabeza.

El pronunciamiento de Génova se producía el mismo día que Ramón Luis Valcárcel, manifestaba durante en ´Los desayunos de TVE´ que «Sánchez sabe lo que tiene que hacer», mostrándole públicamente la puerta de salida.

Valcárcel, que actualmente es vicepresidente del Parlamento Europeo, recordaba que «estamos a año y medio de las elecciones y conviene que el PP esté en lo que está, centrado en gobernar», añadió, lo que fue interpretado como un mensaje para su sucesor.

No obstante, el expresidente ya había manifestado su intención de dejar la presidencia del PP este mismo mes de octubre, tal y como informaba este periódico el pasado domingo. Pedro Antonio Sánchez también apuntaba ya su intención de entregar el acta de diputado en la Asamblea Regional, que venían exigiendo los partidos de la oposición parlamentaria desde que abandonó la presidencia de la Comunidad y cedió su puesto al frente del Ejecutivo regional a Fernando López Miras.

Su procesamiento por la contratación del auditorio de Puerto Lubreras cuando era alcalde de este municipio y por los contactos con los responsables de la trama Púnica -que captaba a cargos públicos en distintas comunidades para ofrecerles servicios destinados a mejorar su reputación en Internet- lo situaron el pasado verano al borde del banquillo en ambos procesos.

Pedro Antonio Sánchez ha preferido adelantarse para evitar una marcha forzada, al tiempo que trata de reducir en parte la presión a la que se verá sometido cuando el llegue el momento de comparecer en un juicio.