"Si no le das dinero, te raya el coche". Es el latiguillo habitual cuando alguien se topa con un gorrilla que, le haya ayudado o no a aparcar su vehículo, permanece en la zona y extiende la mano para pedir una propina por los servicios prestados.

En el municipio de Murcia, ejercer de gorrillas no está prohibido como tal. No hay una norma que lo regule, igual que no hay una norma que impida mendigar. Sin embargo, la Policía actúa de oficio contra estas personas, que sí infringen la ley de tráfico.

Lo hacen, explican fuentes policiales, por el hecho de estar ocupando la calzada, cuando han de transitar por la acera. La Policía Local, que vigila y controla los aparcamientos, actúa entonces de oficio.

En primer lugar, se identifica a los gorrillas. Si carecen de documentación, se les lleva a dependencias policiales. Algunos acaban retenidos por infringir la Ley de Extranjería. En concreto, el 5% de estas personas. Otros, una vez en Comisaría, aparecen reclamados judicialmente por otros hechos. Cuando se ´caza´ a un gorrilla,primero se formula una denuncia por infracción a la normativa de tráfico. Se abre un acta y se insta a la persona denunciada a que se desplace por la acera.

A la tercera vez que lo pillan, la denuncia cambia: como no está haciendo caso a lo que le manda la Policía, se formula una denuncia por desobediencia.

Las sanciones a quien se denuncia por infringir la ley de tráfico ascienden a 80 euros. Mientras, quien es multado por desobediencia pagaría mínimo 601 euros, detallan desde la Policía Municipal. Esto es debido a que se trata de una infracción grave a una Ley Orgánica. En concreto, al artículo 36.6 de la Ley Orgánica 4/2015 de 30 de marzo de Protección a la Seguridad Ciudadana, conocida popularmente como Ley Mordaza.

Las sanciones y multas de esta ley están recogidas en el artículo 39 y la sanción económica dependerá del tipo de infracción realizada. Las infracciones muy graves se castigan con una sanción que va desde los 30.001 a 600.000 euros; las infracciones graves (a las que se enfrentarían los gorrillas que no hacen caso a la Policía) con sanción de 601 a 30.000 euros, y las leves de 100 a 600 euros.

En lo que va de año, se han formulado un total de 1.428 denuncias por infracción de tráfico (fueron 1.663 en todo 2016), así como 23 por desobediencia (25 el año pasado), según las cifras facilitadas por la Policía Local.

Los gorrillas se localizan sobre todo en la capital murciana. En el caso de pedanías, sí se ven en El Palmar, en especial en la zona del hospital Virgen de la Arrixaca. Estas personas eligen zonas en las que hay mucha afluencia de vehículos y, sobre todo, un flujo. Que entren y salgan constantemente.

«Las actuaciones policiales se programan e intensifican en las zonas más conflictivas: aquellos lugares de los que se ha recibido quejas de usuarios y vecinos», explican fuentes municipales.

En el casco urbano de Murcia, un puñado de gorrillas ´trabajan´ de forma ilegal. Se les puede ver en la zona de San Esteban, especialmente los fines de semana. Uno de ellos, a preguntas de LA OPINIÓN, indicó que es el único medio que tiene para ganarse la vida. Aunque confiesa que hay días que se saca sólo unos 5 euros.

En Cartagena, el concejal de Seguridad Ciudadana, Francisco Aznar, señala que «la jefatura de Policía Local no tiene ninguna denuncia de ciudadanos hacia esta gente» ni por agresión ni por ningún tipo desperfecto.

«La Policía solo actúa si hay algún aviso por amenaza, ya que no hay ninguna ordenanza en contra de ellos: son pacíficos», resalta el edil. No obstante, manifiesta su preocupación por las condiciones de vida de estas personas que se dedican a la recaudación en zonas de aparcamiento. «Desde Servicios Sociales a veces les ofrecemos ayuda para sacarles de esa indigencia, pero no acceden», indica Aznar, que insiste en que «desde el Ayuntamiento hemos intentado hablar con ellos» y no se muestran receptivos.

Destaca también que desde el punto de vista turístico suponen una «mala imagen». En Cartagena existen varias zonas donde es habitual que los gorrillas intenten sacar algo de dinero aparcando coches de los cartageneros y visitantes que evitan la zona azul. Así, es acostumbrado que se sitúen en los aparcamientos del centro comercial Cénit, en el Ensanche; o en la Casa del Mar, junto al puerto. Se trata de dos explanadas de numerosos aparcamientos en los que suele haber más de un gorrilla. De hecho, en ocasiones pactan entre ellos la recaudación para no pelear por la zona.

También es habitual verlos en los alrededores del parking del hospital de Santa Lucía.