Por cuarto año consecutivo, el Consejo de Ministros ha prorrogado el decreto de sequía para paliar la escasez de agua en la cuenca del Segura, una situación que comenzó en la primavera de 2015 y que desde entonces ha ido empeorando. De hecho, desde el pasado mes de mayo no llega agua del Trasvase Tajo-Segura, ni para regar ni para beber.

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, aprobó ayer mediante un Real Decreto prorrogar la situación de sequía declarada en la cuenca del Segura hasta septiembre de 2018, lo que permite mantener las medidas excepcionales para obtener más recursos hídricos.

El decreto permite también al Ministerio seguir movilizanado todos los recursos disponibles, como el agua procedente de las plantas desaladoras, de los pozos de sequía ubicados en la cuenca y de las cesiones que puedan acordar los regantes para hacer frente a la escasez de agua.

Los regantes no confían mucho en el uso que puedan hacer de las cesiones de agua entre comunidades de regantes que permite el decreto, ya que el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) lleva meses esperando a que el Ministerio les dé el visto bueno a las pactadas entre esta organización y los regantes de Estremera (en la cabecera del Tajo). Serían 8 hm3 de agua que el Scrats esperaba que pudieran llegar a los agricultores antes de que finalice el actual año hidrológico el 30 de septiembre. «Es desesperante», dicen.

La escasez de recursos hídricos en el año hidrológico 2014/2015 provocó que, en mayo de 2015, se aprobara un Real Decreto de Sequía hasta el 31 de diciembre de 2015. Como la situación no mejoró en esa fecha, la declaración de sequía se prorrogó hasta el 30 de septiembre de 2016.

Con posterioridad, se procedió a una nueva prórroga de la declaración de sequía hasta el 30 de septiembre de 2017.

Aplauso

El consejero de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Francisco Jódar, celebró ayer la prórroga del Decreto ya que también se prorrogan las medidas necesarias «para seguir intentando paliar la sequía con recursos adicionales». Se trataría, añadió, de «articular alguna medida más que sirva para ir dotándonos de los recursos que se necesitan en momentos de sequía tan extremos, no solo para el regadío, sino también y de una forma fundamental, para el abastecimiento».