A muchos lorquinos les venían ayer a la cabeza los tristes recuerdos del 11 de mayo de 2011 y del 28 de septiembre de 2012, por cuestiones diferentes pero unidas entre sí por la fuerza de la naturaleza. Por un lado, los terremotos y, por otro, las inundaciones. Tragedias que aún duelen en la Ciudad del Sol.

Y precisamente esta localidad se convertía en el día de ayer en el escenario simulado de dos grandes catástrofes naturales durante la realización del mayor simulacro de España de terremotos y riadas, que movilizaba a casi un millar de personas, entre ellos 400 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

La ciudad fue elegida como banco de pruebas para un simulacro de terremoto de nivel 2 (5,4 grados de magnitud en la Escala de Richter) y de otro de riadas, en los que se recrearon de forma simultánea el episodio sísmico que provocó víctimas y graves daños en la ciudad en 2011 y el episodio de inundaciones que se registró al año siguiente, también con graves consecuencias.

«Esto no es ciencia-ficción, puede ocurrir» y, de hecho ha ocurrido, dijo el consejero de Presidencia del Gobierno de la Región, Pedro Rivera, a los periodistas en el Centro Integrado de Seguridad de Lorca.

Allí se constituía el puesto de mando avanzado, compuesto por 72 personas, representantes de las administraciones, los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, el ejército, de los servicios sanitarios, de emergencias, comunicaciones y responsables de servicios e infraestructuras básicas.

El simulacro realizado ayer es «excepcional», precisó Rivera, al ser la primera vez que se activan de forma simultánea los planes regionales contra riadas y terremotos (Inunmur y Sismimur) y porque durante el mismo se combinó el trabajo de casi 40 instituciones, entre ellas también organizaciones no gubernamentales y muchos colegios profesionales.

«La Región está preparada»

La simulación incluyó un escenario policatastrófico: un terremoto superior a cinco grados seguido de otra réplica de tres con graves afecciones a servicios básicos como el hospital Rafael Méndez, desplome de cornisas en las calles, víctimas mortales y heridos atrapados en edificios, la deflagración de una gasolinera y colapsos de inmuebles.

Los seísmos habrían afectado no solo a Lorca, sino a los municipios de Puerto Lumbreras y Mazarrón, y la situación general planteada en el ejercicio se habría complicado con un escenario de lluvias torrenciales que generaría una fisura en la presa del pantano de Puentes y el corrimiento de tierras de la ladera del castillo, entre otras graves incidencias como un accidente ferroviario.

Rivera señaló que los servicios de la Administración General de Estado, la Comunidad Autónoma y los ayuntamientos «están preparados para este tipo de emergencias», pero consideró fundamental realizar ejercicios como el de ayer en Lorca «para poner a prueba y mejorar la coordinación» entre todos ellos.

El simulacro era organizado conjuntamente por el Gobierno de Murcia y la UME,que ha desplazado a 400 de sus efectivos hasta Lorca, según explicaba el general Manuel Gimeno Aránguez, segundo jefe de la Unidad Militar de Emergencias.

La UME tiene su cuartel general en Torrejón, pero hay cinco batallones distribuidos por el conjunto del país «siempre preparados para actuar» ante una situación límite como la recreada ayer en Lorca, remarcó el general.

Esta unidad, al ser la de primera intervención de las Fuerzas Armadas, tiene dos grandes ejercicios anuales de adiestramiento, y el simulacro de Lorca permite no solo la revisión de todos sus planes, sino probar su integración con otros equipos de diferentes organismos para realizar una gestión eficaz de la emergencia.

«Lo importante en una emergencia es tener la imagen de lo que está pasando, saber los medios con los que se cuenta y saber tomar decisiones» rápidas, resaltó el general de la UME ante los periodistas, a los que explicó que se ha probado la coordinación de los recursos de la administración estatal, autonómica y local con los de otros organismos ajenos como la Cruz Roja o la Confederación Hidrográfica.

El alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, dijo que ejercicios así sirven para «afinar» la gestión de emergencias como las que la ciudad ha vivido en esta década.