Que el Mar Menor presenta un «estado crítico» es algo que venimos escuchando desde hace alrededor de un año, y así lo reiteró ayer Juan Manuel Ruiz, investigador responsable de los proyectos que se están llevando a cabo en torno a la laguna salada en el Centro Oceanográfico de Murcia. Las declaraciones se producían con motivo de la visita del consejero de Medio Ambiente, Javier Celdrán, a las instalaciones con las que el Instituto Español de Oceanografía (IEO) cuenta en San Pedro del Pinatar.

Con el objetivo de conocer la evolución de los estudios científicos que se están desarrollando en el Centro, Celdrán mantuvo ayer una reunión con el equipo responsable y reconoció la «sensación agridulce» que hemos sentido este verano, debido a «un inicio muy bueno, por la transparencia del agua y los indicadores de calidad, así como por la recuperación rápida de algunas especies», en contraposición a «una última parte del verano especialmente complicada con temperaturas tanto diurnas como nocturnas muy altas que son las responsables del incremento otra vez de la turbidez».

El consejero hizo hincapié en que «el Mar Menor no se va a recuperar en un año ni en dos», por lo que entiende que hay que llevar a cabo «proyectos a largo plazo con pasos seguros», y para ello cuentan con la labor del centro del IEO, que está finalizando la campaña del primer estudio y con el que tienen en licitación un próximo proyecto sobre la calidad marina de la laguna.

«La prioridad absoluta es proteger el Mar Menor, porque si no también se caen el sector turístico y el agrícola», sentenció Celdrán, que además de a las elevadas temperaturas, otorgó la responsabilidad del estado actual al «cambio climático, que es una realidad que también afecta a este y a otros parajes».

En cuanto al 'Vertido 0' aseguró que «todo lo que tiene que ver con vertidos controlados está paralizado», aunque admitió que «eso no quiere decir que no haya habido vertidos; habrá habido vertidos incontrolados de gente que se sale de la ley, minorías sobre las que hay que actuar con contundencia». No obstante, señaló que «se constata una entrada mínima respecto a otros años» y afirmó que continúan trabajando en investigación, infraestructuras y tanques de tormenta que permitan «evitar la entrada de nutrientes».

Invierno incierto

De cara al invierno, la incertidumbre ante el futuro del Mar Menor continúa latente. «Lo que está claro es que todo en la naturaleza sigue unos ciclos, probablemente estacionales», señaló Juan Manuel Ruiz, que trató de buscar un patrón fijándose en el año anterior, cuando «a partir de octubre se vio una caída de los parámetros clave como turbidez y clorofilas», aunque afirmó que todavía seguían altos y fue en marzo, ya en primavera, cuando «se llegó a valores tan bajos que se vio la transparencia del agua». La explicación de esto, según relató el propio investigador, puede radicar en «factores como la capacidad de renovación hidrodinámica del Mar Menor, que lo hayan favorecido por sí solo». «Esperemos que sea así y lo comprobaremos a medida que pasen los meses», concluyó.